Tegucigalpa. En Honduras la violencia de género sigue siendo una cruel realidad que afecta a las mujeres en diversas esferas de su vida.

Un reciente informe del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) revela un panorama desgarrador, marcado por niveles alarmantes de femicidios, desapariciones y agresiones sistemáticas que demandan medidas inmediatas y efectivas.

La investigación del Conadeh revela una situación alarmante: Honduras enfrenta una epidemia de violencia de género con cifras que pintan un cuadro sombrío. A pesar de que las cifras oficiales indican un 4% de muertes clasificadas como femicidios en 2022, estimaciones sugieren que en realidad, el 46% de las muertes violentas de mujeres podrían ser casos de femicidio, evidenciando la subestimación y minimización de esta problemática.

La situación se vuelve aún más preocupante al considerar la desproporcionada violencia dirigida hacia las mujeres indígenas. El informe del Conadeh destaca la muerte violenta de 31 mujeres y niñas indígenas Lencas en un año en los departamentos de La Paz, Intibucá y Lempira, resaltando la vulnerabilidad exacerbada de estas comunidades.

Más allá de la violencia doméstica, la presencia del crimen organizado y la trata de personas amplifican este escenario desgarrador. Estudios señalan que estas influencias han alimentado una cultura de violencia hacia las mujeres, perpetuando una situación insostenible.

El informe también hace hincapié en la falta de estadísticas precisas, lo que subraya la inadecuada respuesta institucional. La carencia de un marco normativo sólido para proteger a las víctimas y sus familias agrava aún más la situación, dejándolas en una posición vulnerable y sin recursos adecuados.

La violencia de género en Honduras es una crisis estructural que demanda una respuesta inmediata y enérgica. Se requiere una acción urgente para implementar estrategias de prevención efectivas, mejorar la investigación, garantizar una justicia integral y fortalecer las instituciones para proteger los derechos de las mujeres hondureñas, según Conadeh.