Tegucigalpa. Tras la revelación exclusiva de Noticias 24/7 HN sobre la falla en la cadena de frío en donde se almacenaba un lote de vacunas en la Región Departamental de Salud de Cortés, la Secretaría de Salud (SESAL) emitió un comunicado que, en lugar de aclarar, ha generado más incertidumbre.

El comunicado, que consta de ocho incisos, confirma que el 21 de agosto pasado se registró una alerta en la cámara fría del almacén de la Región Sanitaria de Cortés, donde se almacenaban las vacunas de la Metropolitana de San Pedro Sula. Como medida inmediata, se decidió poner en cuarentena las vacunas y solicitar una evaluación a la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).

A pesar de esta información, el comunicado carece de detalles cruciales. Uno de los aspectos más notables es la omisión del número exacto de vacunas que resultaron dañadas, ni su destino previsto, a pesar de que una fuente de Noticias 24/7 HN afirmó que se trata de un lote de 8.7 millones de dosis. La ausencia de esta información crucial ha aumentado la incertidumbre sobre el alcance del problema y la magnitud de la pérdida.

Asimismo, el escrito no especifica el uso previsto de estas vacunas. Según información recabada por este medio, las vacunas dañadas estaban destinadas a un grupo diverso de la población, desde recién nacidos hasta niños de 4 años, niños y niñas de 11 años, adultos e incluso embarazadas. Esta falta de claridad deja en el aire interrogantes sobre cómo afectará la falta de dosis a la población hondureña, especialmente a grupos vulnerables como los niños y las embarazadas.

Otro aspecto que ha suscitado inquietud es el momento en que la OPS/OMS recomendó no usar estas vacunas. Aunque la recomendación se hizo efectiva el 15 de septiembre, la SESAL solo hizo pública esta determinación recientemente. Esta discrepancia en la divulgación de información genera preguntas sobre por qué se retrasó la notificación a la población y si hubo intentos de ocultar la situación.

También genera incertidumbre el hecho de que el comunicado no especifique cuándo ni cómo se llevará a cabo la eliminación del lote de inmunizantes que resultaron dañados, porque las redes colapsaron, descendiendo a una temperatura por debajo de los -20 grados centígrados. Este fallo crítico congeló y dañó irreparablemente los biológicos almacenados en la infraestructura, planteando interrogantes sobre cómo se abordará la disposición segura de estos productos sensibles.

El comunicado tampoco aclara la causa precisa de la falla en la cadena de frío. ¿Fue un problema técnico o un error humano? La doctora Jenifer Enamorado, directora de la departamental de salud de San Pedro Sula, confirmó previamente que la red de frío que almacenaba los biológicos se dañó. La falta de detalles en este aspecto deja a la población con dudas sobre la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión de las vacunas.

Además, no esclarece si la alerta que llega a los teléfonos móviles de las personas encargadas de esta cadena de frio, fue atendida a tiempo, ya que el percance se suscito en horas de la madrugada.

Por último, el documento no aborda en detalle la cuestión de las pérdidas monetarias para el país debido a la inutilización de este lote de vacunas. La pérdida de un lote considerable de vacunas no solo es un problema de salud pública, sino también un desafío económico, porque aunque Honduras recibe vacunas por medio de donaciones, el traslado, almacenamiento y compra de otras dosis son pagados con el dinero del ´pueblo hondureño.

En resumen, este episodio ha sacado a la luz la crítica crisis que enfrenta el sistema de salud de Honduras. Mientras los pacientes con diversas enfermedades luchan por acceder a medicamentos esenciales, se desperdician miles de vacunas. La falta de claridad en este incidente plantea interrogantes sobre la capacidad de las autoridades sanitarias para garantizar una gestión eficiente de las vacunas y para responder de manera adecuada ante situaciones de emergencia.