Pescadores de Noruega se disponían a echar las redes la semana pasada cerca de la isla de Ingoya, al norte del país, cuando descubrieron con sorpresa, que había una beluga blanca que merodeaba entre sus barcos y que llevaba encima un extraño arnés.

El llamativo correaje ceñido al cuerpo de la ballena, aparentemente preparado para portar una cámara o incluso un arma.

La conducta del animal, persiguiendo a las embarcaciones y tratando de tirar de las correas y cabos de sus costados, hizo levantar sospechas entre expertos marinos de que pudiera haber recibido entrenamiento militar por parte de Rusia para emplearla como espía.

De hecho, en el interior del arnés que llevaba la beluga, aparecían las palabras «Equipamiento de San Petersburgo».

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