A propósito de la aprobación de la “Píldora Anticonceptiva de Emergencia (PAE)”, también conocida como “Píldora del Día Después”, ha despertado una batalla de posiciones encontradas entre los que están a favor y quienes están en contra.

Pero muy pocas veces se tiene la oportunidad de encontrar un testimonio como el que publicó el ciudadano Eduardo Torres en su cuenta personal de Facebook, en donde denota la oportunidad d que los jóvenes podrán encontrar en este fármaco, pero que resalta y da gracias porque en sus días de juventud la píldora no formaba parte de la vida de los hondureños, los motivos los detalla de la siguiente forma.

“Nos casamos con mi novia hace 23 años (también mi única novia, María José Aguilar), impulsados por nuestro gran amor y, como coloquialmente decimos, por el bien de los 3. Hoy, 23 años después, con mucho orgullo puedo decir que ¡nos casamos por el bien de los 6!

El fin no justifica los medios, reconocemos que adelantar las etapas de la vida tiene serias consecuencias, nosotros la pagamos duro, nos privamos de fiestas, reuniones y amistades por atender con amor a nuestros hijos cuando los demás se divertían.

Mis papás y mis suegros tenían bien claro los principios familiares y cuando les dimos la noticia, recibimos AMOR de ambas familias y un apoyo incondicional de nuestros padres.

Todo sacrificio que hicimos y hacemos con amor tiene frutos estupendos, mucho más rendimiento que los ahorros en el banco; aunque, al igual que muchas familias, nos toca sortear el día a día, sin dinero ahorrado en el banco y también con deudas, el mejor regalo que Dios nos ha dado es ver crecer a nuestra familia, en la que el centro de toda nuestra existencia es Dios y con Él nada nos falta.

Somos padres de 4 hijos, el mayor se gradúa de la universidad el próximo año y el segundo se gradúa en el 2025 y nos emociona ver cómo poco a poco se van convirtiendo en hombres de bien, nos encanta verlos felices y con ¡ideales magnánimos!

Sin la llegada de nuestro tercer hijo y cuarta hija nuestro nido se hubiera quedado vacío, ha sido una experiencia maravillosa disfrutar a nuestros hijos en cada etapa de su vida.

Gracias PAE por no haber sido parte de nuestra vida hace 23 años, la convicción que debemos tener los seres humanos ya no es ¿Qué mundo dejo a mis hijos?, sino más bien, ¿Qué hijos le dejo a este mundo?

Nuestra sociedad solo cambiará si cambiamos primero nosotros, Nos hace falta formación en virtudes y sabe amar, como Jesucristo amó en esta tierra.

Que se anteponga el AMOR a la RAZÓN”, finaliza.