Estamos de acuerdo en que es imposible para las autoridades de Seguridad determinar en qué momento y en qué lugar va la mano criminal de las bandas organizadas. Lo qué sí es posible cuál es el ‘herbicida’ necesario para qué tipo de ‘suelo’.

Y ese es precisamente el trabajo de inteligencia que no se mira. Porque creer que con continuar cortando los últimos eslabones en la cadena criminal se está haciendo un trabajo efectivo, es como las autoridades de aquel país que todo el tiempo pasa requiriendo extraditables “hispanos”, pero nunca anuncia de un chelito capturado en el ‘negocio’.

En las últimas horas se registró una nueva masacre en el país, específicamente en la colonia Nueva Inversión en el sector Rivera Hernández.

Un promedio de 10 personas muere diariamente en hechos violentos, según cifras del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), cifras que no van de la mano con las estadísticas mostradas por el ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez.

Es de recordar que con este nuevo crimen múltiple, son 38 incidentes similares en donde han sido asesinadas tres personas o más a la vez, lo que suma una horrorosa cifra de 186 personas asesinadas, solo en masacres y solo en lo que va del presente año.

Es decir, allí no se contabilizan los asesinatos de dos personas o menos perpetrados en una misma acción, por lo tanto, es obvio que la Secretaría de Seguridad está obligada a escarbar en las raíces del origen del crimen y erradicarlo, si bien no en forma total, pero al menos en cifras tan sustanciales, que ni siquiera haya un espacio para la duda.