Fue tanta la polémica que desató la Ley de Amnistía Política, que finalmente será sometida a reforma.

Tras una serie de cuestionamientos desde diversos sectores de la sociedad que señalaron sesgo en la normativa, pues la misma no solo vino a favorecer a quienes resultaron perseguidos políticos a consecuencia de su posición contestataria, sino que también vino a favorecer a los corruptos.

La diputada del Partido Salvador de Honduras, Maribel Espinoza, manifestó que este miércoles presentaría un proyecto de reforma para la Ley de Amnistía, porque no se estableció en el decreto el concepto de delito político, ni fue establecido qué delitos comunes eran conexos a delitos políticos.

“Debido al tiempo de espera que ha tenido la reforma de la ley tomé la determinación de presentarlo. En la ley hay un vacío por el cual muchos se están aprovechando de él, los jueces están dejando en libertad a estas personas que no están comprendidas dentro de una amnistía”.

“Ellos, como últimos intérpretes de la Constitución, no deben anteponer una ley secundaria a la misma Constitución”, afirmó que a la legislación de siete artículos le serán adicionados dos más.

La ley fue aprobada el 4 de febrero por los diputados del Congreso Nacional y tiene la finalidad de liberar a todas las personas que hayan sido objeto de persecución política desde la crisis política de 2009.

Al respecto, Edmundo Orellana, ministro para la Transparencia y Lucha contra la Corrupción, sobre esta ley, aseguró que “sí hay motivación política en muchos de los juicios que se han iniciado en contra de exfuncionarios, particularmente, del Poder Ciudadano”.

El funcionario sentenció que “dice el decreto que los jueces deben conceder ese beneficio solamente cuando se haya acreditado que el proceso es políticamente motivado”.

Expresó que habría que preguntarse si en los juicios que ha habido ese requisito se ha cumplido; si no se ha cumplido, el problema lo tienen el fiscal por no haber impugnado la decisión y el juez por haberla emitido, aunque a nadie se le puede juzgar dos veces por el mismo cargo.