Así lo expresó el ministro de Seguridad, Julián Pacheco, al referirse al cambio de medidas a aplicar a las personas que tendrán permiso para salir a reabastecerse.

Manifestó que el constante trabajo de los agentes policiales ha generado una considerable reducción en la violencia armada y los homicidios a nivel nacional, sin embargo reconoció que el encierro de la población está incrementando otros problemas.

"Debido al encierro de casi cuatro semanas hemos visto un incremento de casos de violencia doméstica, o intrafamiliar, así como el consumo excesivo de alcohol, especialmente en las zonas rurales".

Y es que al ser el alcoholismo, un problema social estrechamente relacionado con el machismo, es de esperar que uno de los efectos que el encierro obligatorio de la población es precisamente la violencia doméstica.

Por lo tanto las autoridades no deberían esperar de parte de la población que por purito deseo mermará el consumo de alcohol. Y dado que la imposición de un toque de queda conlleva implícita la prohibición de venta de bebidas alcohólicas, lo que resta es el cumplimiento de la ley por parte de las autoridades municipales en todo el país.

Claro, eso si no tienen ningún inconveniente en realizar su trabajo a cabalidad, tal como se espera de todo funcionario público.