El gobierno ha defendido los subsidios como una medida para proteger el ingreso de los sectores más vulnerables de la sociedad hondureña. Sin embargo, algunos economistas, entre ellos Roberto Lagos, han manifestado preocupaciones sobre la sostenibilidad de estas ayudas. Según Lagos, aunque los subsidios tienen un impacto positivo en el corto plazo, su financiamiento puede generar riesgos a largo plazo.

Lagos expresó su preocupación por el modo en que se mide el impacto de los subsidios sobre la inflación, señalando que si estos se financian mediante la emisión monetaria, inevitablemente se generará una mayor presión inflacionaria. “Aunque el subsidio ayuda en lo inmediato, puede tener efectos adversos a largo plazo. Si se cubren con emisión monetaria, la inflación podría aumentar más allá de los niveles actuales”, afirmó el economista.

Además, Roberto Lagos subrayó que el diseño de los subsidios presenta deficiencias en su focalización, lo que disminuye su efectividad al no llegar de manera eficiente a los sectores más necesitados. El economista también advirtió que, en muchas ocasiones, estos subsidios se financian con deuda pública, lo que traslada el costo al futuro en forma de ajustes fiscales o incrementos de impuestos.

“No es el subsidio en sí mismo lo que representa el problema, sino cómo se financia. Sin recursos reales, lo que estamos haciendo es crear deuda o generar inflación futura”, concluyó Lagos.

Este análisis se produce en un contexto en el que el Banco Central se muestra cauteloso sobre la estabilidad de los precios, a pesar de la incertidumbre económica global. Sin embargo, expertos como Lagos insisten en que el verdadero desafío radica en asegurar que las medidas de alivio, como los subsidios, no comprometan la estabilidad fiscal del país ni generen distorsiones a largo plazo.