Porque mantenían trancado el paso vehicular por la CA-5 y se resistían a abandonar la toma, los policías depurados fueron desalojados de Zambrano con chorros de agua y gas lacrimógeno.

Esta toma había comenzado desde tempranas horas en las cercanías del peaje de Zambrano, Francisco Morazán, pero hacia el mediodía fue disuelta por parte de los efectivos antimotines de la Policía Nacional.

Para lograrlo utilizaron tanquetas de agua y mediante el uso de gas lacrimógeno, esto último prohibido por la presidenta Xiomara Castro como disuasivo para disolver las tomas en el país.

“Nos golpearon y nos echaron gas en la cara”, gritaba una de las protestantes en la zona de Zambrano, periferia de la capital.

Durante la contienda hubo empujones, golpes, toletazos y el lanzamiento de agua y gas por parte de los agentes antimotines.

Los policías depurados reclaman el despido injusto -según ellos- que fueron objeto cuando empezó el proceso de depuración en 2016 y que apartó más de 6 mil efectivos de la institución.

Por varios minutos se vivieron momentos de zozobra porque los efectivos policiales utilizaron los escudos para confrontar a los manifestantes.

Decenas de viajeros que pretendían llegar al aeropuerto de Palmerola perdieron sus vuelos por causa de esta toma de carretera, debido a que el tráfico vehicular se estancó en la zona.

El grupo de manifestantes advirtió que retornarán al lugar y que las protestas seguirán hasta lograr una respuesta por parte del gobierno hondureño.

Llama la atención por qué hasta ahora se deciden a realizar este tipo de presión, si durante los años anteriores parecían aceptar todas las decisiones que se les impusieron.