Parálisis legislativa: Congreso Nacional suma 100 días sin sesionar


Tegucigalpa. En un hecho histórico, los diputados del Congreso Nacional de Honduras alcanzan este 8 de diciembre 100 días sin sesionar, prolongando una crisis legislativa que suscita críticas generalizadas. sociedad

La sociedad civil y la población expresan su descontento, señalando que los congresistas, a pesar de este prolongado periodo sin trabajar, continúan percibiendo sus onerosos salarios, más viáticos.

La última sesión legislativa ordinaria concluyó el pasado 31 de octubre, y las perspectivas de retomar las sesiones se desplazan hasta el 25 de enero, fecha que marca el inicio de la tercera legislatura. En estos tres meses de inactividad, el Poder Legislativo permanece sumido en una crisis de la cual no se vislumbran soluciones, al menos que beneficien proyectos de interés nacional.

Rafael Jerez, asesor del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), califica la situación como "una auténtica vergüenza y una afrenta para la ciudadanía". Critica enérgicamente la falta de productividad en un poder del Estado crucial y atribuye la crisis a la incapacidad de ciertos actores para dirigir y gestionar políticamente el funcionamiento del Congreso Nacional.

Uno de los puntos de mayor controversia es la ilegalidad de la Junta Directiva, junto con la reciente conformación de una Comisión Permanente que, sorprendentemente, eligió a fiscales interinos del Ministerio Público (MP). Ahora, la atención se centra en la posible elección de los magistrados del Tribunal Superior de Cuentas (TSC), una posibilidad que ha generado alertas y movimientos estratégicos en las fuerzas opositoras de los partidos Liberal y Partido Nacional.

Aunque se vislumbra un posible acercamiento entre los partidos de oposición, algunos analistas advierten que la división interna podría agudizar la crisis en el Congreso Nacional. La falta de consensos es una amenaza latente, y proyectos importantes para el país continúan estancados mientras la parálisis legislativa persiste.

En medio de este vacío legislativo, la incertidumbre sobre el futuro político y legislativo de Honduras se profundiza. La ciudadanía, cada vez más ansiosa, espera con inquietud que se restablezca la actividad legislativa y se aborden los asuntos cruciales que afectan a la nación.

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