Tegucigalpa. La mañana de este miércoles, autoridades hondureñas propinaron un significativo golpe al tráfico de drogas con la incautación de un nuevo cargamento de fentanilo en la aduana de Agua Caliente, ubicada en la frontera entre Honduras y Guatemala.

Este reciente decomiso marca otro hito en la lucha contra el denominado «fentanilo» o «droga zombie». En noviembre pasado, Honduras vivió su primera incautación histórica de fentanilo, con un decomiso de 493 kilogramos, equivalentes a 493 mil dosis. En esa ocasión, el cargamento fue inspeccionado en la aduana de Puerto Cortés, y según el manifiesto de importación, el contenedor provenía del Reino Unido y había hecho transbordo en Colombia.

El fentanilo, un potente opioide sintético, ha generado crisis de salud y seguridad en países como Estados Unidos y México, con más de 122 mil muertes solo en EE. UU. en 2022 debido a su consumo.

Especialistas en criminalidad organizada señalan un cambio en las rutas utilizadas para el transporte de fentanilo hacia los mercados de consumo masivo. Las tradicionales vías marítimas por el océano Pacífico y Atlántico, que conectaban China, India, Turquía, Países Bajos y Guatemala, ahora se ven modificadas con la inclusión de rutas desde el Reino Unido hacia Honduras.

Ofrecido en diversas formas, como tabletas, pastillas, polvo y líquido, el fentanilo ha continuado su expansión en América Latina y el Caribe en 2023, siendo México, Guatemala, Colombia y Ecuador identificados como ejes del fenómeno por EE. UU. La presencia de este opioide también se ha detectado en varios países de la región, generando una alerta generalizada.

Los cárteles mexicanos, especialmente Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), han sido señalados por EE. UU. como responsables del contrabando de fentanilo, en asociación con redes nacionales en el hemisferio occidental.