Como las antañonas series de episodios televisivas, en donde cada entrega tenía su propia fascinación, así estamos viviendo los hondureños la lógica conformación de su institucionalidad.

Que no debería pasar a tomar primacía en la temática de opinión pública porque de hecho, hay asuntos que son, literalmente, de vida o muerte para la subsistencia del ciudadano de a pie.

Pero bueno, así es Honduras y ahora vamos con el tema de la próxima elección del nuevo Fiscal General de la República. Que, como lo demás altos cargos públicos, siempre han sido cuestiones políticas, aunque la oposición de turno se rompa las ropas para alardear pulcra honestidad.

En este sentido, el pueblo hondureño deberá prepararse para recibir ‘un tornado’ de opiniones, a favor y en contra, de qué es lo más correcto que se debe hacer.

Al respecto, el exjefe de investigaciones del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Odir Fernández, espera que las personas que resulten nombradas, sean idóneas, con ética, que tengan independencia, que puedan respetar y defender los intereses.

“Se requiere de una diversa representación y la representación de la verdadera sociedad civil, no aquellas que están acomodadas a determinados intereses como las que llevaron a cabo en el pasado elecciones no transparentes indicativas a favorecer a determinados sectores”, reflexionó.

Considera a la vez, que los procesos perfectamente se pueden adecuar a la necesidad que se presenta. Como se recordará, el próximo 1 de septiembre debe estar electo el nuevo Fiscal General, por lo que Fernández supone que la Junta Proponente elaborará un reglamento que se adecuará los tiempos para contar con dicho nombramiento en el mes señalado.

Como considerar que en esta ocasión la política no se va a entrometer sería una utopía, Fernández reconoce que si bien es cierto que tales intereses van a estar allí, porque son intrínsecos, que al menos representen realmente la justicia y la verdadera persecución penal, mencionó.