TEGUCIGALPA.- El director de Canal 36, Esdras Amado López, denunció este lunes que le retiraron el escolta militar que resguardaba, y responsabiliza al gobierno actual de lo que le pueda pasar.

El periodista dijo que por medio del número de celular 5049995-3695 le notificaron que el militar que lo escoltaba luego de la destrucción de su equipo y el cierre del canal durante el Golpe de Estado del 28 de junio de 2009, le sería retirado este 5 de junio de 2023. 

"Desde el 9995-3695 me llamaron para decirme que por órdenes superiores se suspendía el mecanismo de protección a los periodistas", reveló.

López dijo que él entendió por qué ocurría eso. "Hemos denunciado el pacto de impunidad, al familión, hemos denunciado que 'Mel' y Xiomara no encienden los radares para detectar droga, hemos denunciado que están preocupados por la extradición, ellos no quieren la extradición y aquí está la respuesta", denunció López.

"Me dejan vulnerable a merced de cualquier criminal, porque a la misma hora que estaban atentando contra el abogado, me estaban notificando que me suspendían el servicio de protección", contó.

López comentó que teme por su vida, y que él no vio algo similar durante el tiempo que estuvo Micheletti y Juan Orlando Hernández. "Ellos estaban molestos por la forma en que presentabamos nuestras noticias pero esto está superando a Micheletti y Juan Orlando, Mel y Xiomara superan a Micheletti y Juan Orlando, los golpistas y dictadores se quedan chiquitos comparados a Mel y Xiomara con las acción que están tomando hoy", insistió.

El argumento para retirar su escolta que lo protegía desde el gobierno de Porfirio Lobo Sosa, es que no comía, llegaba a las 5 de la mañana, estaba en la calle y que después no tenía como irse para su casa. 

En 2017, la Relatoria Especial para la Libertad de Expresión produjo el Informe Zonas Silenciadas: Regiones de alta peligrosidad para ejercer la libertad de expresión. En ese informe la Relatoría Especial establece que quería “llamar la atención en forma especial sobre el fenómeno que se registra en diversas regiones de las Américas cuyas comunidades están siendo desinformadas y silenciadas por efecto de la violencia desatada por el crimen organizado para asegurar sus fines ilícitos, en algunos casos actuando en complicidad con autoridades locales o regionales infiltradas por las ramificaciones de estos grupos. Este tipo de violencia afecta particularmente a los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación que en la última década han sido víctimas directas de asesinatos, secuestros y agresiones en estos complejos contextos de violencia. La lógica de la denominada "guerra contra el narcotráfico" y los conflictos armados. esta última hipótesis cada vez menos común en la región, forman parte de las principales amenazas para la vida y la integridad de las y los periodistas”.