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Ecuador es “el espejo” de lo que se puede vivir Honduras por el Covid-19: Dr. Oscar Díaz


El virus no es un juego y lo que vive el paciente es doloroso, desde el punto que ya no tiene contacto familiar, hasta estar consiente que la muerte le puede llegar de un momento a otro, comentó el galeno.

El doctor Oscar Diaz está en la primera fila en el campo de batalla, cara a cara con el Covid-19, es uno de los siete intensivistas de San Pedro Sula,  por lo que a diario le toca vivir el drama de los pacientes que desarrollan lo más fuerte del virus.

En una entrevista al periodista Carlos Martínez del programa En La Mira de Canal 6 el doctor Diaz reveló, como un paciente de 42 años antes de ser entubado le pidió que mejor lo dejara ir a morir a su casa, porque ya no aguantaba más lo que el virus lo hacía sentir, el hombre aún vive conectado a un ventilador mecánico en una de las salas UCI de la ciudad.

Lo más duro de la enfermedad es que el paciente está consciente de todo lo que le pasa, del dolor que provoca este virus al no dejarlo respirar y es más vive en carne propia todo el proceso cuando se conecta al ventilador mecánico, explicó Díaz.

La persona con Covid-19 vive momentos difíciles, pues no solo es la enfermedad, pierde todo contacto con sus familiares y amigos, es decir pasa a un aislamiento total, donde su única compañía son los médicos y enfermeras.

Un paciente que es entubado tiene que estar así por un tiempo aproximado de tres semanas y esto no significa que se va curar, hasta el momento de todos los pacientes que están en este proceso a ninguno han dado de alta, indicó Díaz.

Al consultarle de cuánto tiempo debe ser el encierro total para los sampedranos, pues la epidemia está en toda la ciudad, no titubeó en responder que de tres a cuatro semanas, ya que es el tiempo que el virus muere o desaparece.

Podria  convertirse San Pedro Sula la pequeña Wuhan de China, preguntó el periodista y la repuesta fue fría, “ya lo es”.

El sistema sanitario de Ecuador aseguró que es mejor que el de Honduras, por lo que este país sur americano debe ser el espejo con el que nos debemos ver, pues  el Covid-19 se les fue de la mano y las personas se mueren en las calles y sus pariente ni siquiera pueden reclamar sus cuerpos.

Al consultarle Martínez que siente como médico atender un paciente con Covid-19 y no poder aplicarle un medicamento o seguir un tratamiento para que se sane,  respondió que es frustrante, pero que eso mismo les da las fuerzas para luego de sus largas jornadas estudiar más sobre este virus.

Diaz recalcó que en este momento no hay vacuna, ni tratamiento médico para esta enfermedad, por lo que es necesario la prevención y es mantenerse en casa, el aislamiento social, para evitar más casos y que esto se salga de control.

También señaló que la desinformación es otra de las grandes luchas que se viven con el Covid19, pues en las redes se están diciendo muchas cosas que no van con la realidad y que hay personas que dan declaraciones a los medios sin nunca haber estado en la sala UCI.

Nuestra Realidad Sanitaria 

El doctor Díaz, es el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en el Hospital Regional de Seguro Social, y como la emergencia apremia y el Hospital Leonardo Martínez no contaba con una UCI, entonces junto a otro grupo de médicos intensivistas, decidieron 'dar un empujón' para que lograra funcionar la UCI recién creada allí.

El galeno mencionó que hasta hace unas seis semanas, las únicas camas en UCI de parte de los hospitales del sector público eran, 14 del Seguro Social y seis en el Mario Rivas. “El asunto que esta enfermedad nos trajo un Sunami completo y ha generado de forma rápida expansión significativa de casos”.

Citó ejemplos del Seguro Social, en donde ya han sido ocupadas 11 de las 14 camas de UCI, de los cuales aún hay 11 hospitalizados, en condición grave, incluso algunos conectados a ventilador mecánico.

Mientras que en el Rivas desde el primer caso índice, allá por la segunda semana de marzo ya tenía sus camas de UCI ocupadas por pacientes con otras dolencias ajenas al Covid.

“De manera que desde el principio se vió  que el Catarino Rivas iba a ser insuficiente, incluso hasta peligroso, por el hecho de concentrar tanta población en atención y que resultara afectada con una enfermedad que fácilmente se transmite”, manifestó.

De hecho, es la situación que ocurrió en el Leonardo Martínez en donde murió una doctora, y posteriormente en el Rivas en grupo de médicos y enfermeras resultaron contagiados por Covid-19z

El doctor Díaz comparó que ellos en el hospital del Seguro Social, recibieron una capacitación sobre los protocolos en el manejo de los casos de Covid, un mes antes que s eidentificara el primer caso en el país.

“Entonces imagínese usted la situación en el Mario Rivas en donde todavía hace dos, o tres semanas, no habían recibido algún tipo de soporte de manera formal y responsable en cuanto al manejo de  los equipos de bioseguridad”.

“Como tampoco se planteó de manera oportuna el incremento de camas en UCI, mucho menos la contratación de personal, porque aquí se habla mucho que vamos a comprar 300 ventiladores, que vamos a comprar mil camas, pero eso requiere un recurso humano calificado que no existe actualmente en el país”.

Es así que viendo esa necesidad, el grupo de médicos decidió sumar su apoyo al hospital Leonardo Martínez. Al ser consultado sobre esa doble jornada laboral cómo es, y por qué decidieron aceptarla, así respondió.

"Brutal, es brutal y es extenuante; como este tipo de atención a los pacientes es tan especializada, no cualquiera está entrenado para poderlo hacer".

“Entonces, no podíamos, por así decirlo, estar impávidos y ver la gente morir vilmente, porque así estaba ocurriendo y lo digo con claridad meridiana ¡LA GENTE ESTABA MURIENDO VILMENTE! Sin ningún tipo de atención, y estoy con la autoridad moral de decirlo, porque estoy en esa trinchera, de ver que la gente no recibía lo que deberían recibir”, manifestó de frente.

Aún ahora, en el Leonardo apenas tenemos una semana de tener unas siete u ocho camas adicionales y que conste. “Todavía con recursos muy precarios, todavía con personal que hay que entrenar”. Señaló el doctor Díaz.

Lamentó que a pesar que el coronavirus desde finales del año anterior ya daba señales de alerta, que debía conducir a una preparación, sin embargo reconoció que en ese sentido, “todos no hemos hecho bien nuestro trabajo”.

Siendo, como efectivamente ha sido, que ha estado muy de cerca con los pacientes, tanto en el Seguro Social, como en el Leonardo, habló acerca de cómo ha sido para él, tanto como profesional de la medicina, también como persona, el momento en que ha visto dormirse en la muerte a un paciente con quien ha estado luchando a la par tratando de vencer a la enfermedad.

“Es terrible, sabe por qué lo es; porque esta es una enfermedad muy grosera, porque por un lado afecta la función respiratoria, pero su cerebro está totalmente consciente; estas personas cuando vamos a entubarlas por ejemplo, tiene la conciencia de que están muriendo y usted viene y les asiste y trata de transmitirles esperanza de que vamos a salir adelante, pero esta es una enfermedad que es muy grosera”.

“Por qué, porque el porcentaje de mortalidad de personas que caen a cuidados intensivos aún en los países más desarrollado alcanza hasta un 70%, luego al drama para la familia que no lo pueden ver;  entonces esta es una cosa muy dura. Créame, este es un reto colosal para el equipo humano, mis respetos para mis compañeros”, dijo con sincero agradecimiento.

Porque como agregó, la mayoría tienen hijos, algunas son madres solteras, vienen a trabajar y no saben si ese día se van a contagiar, o van a regresar a sus casas a contagiar a sus familiares. Sin duda EL COVID ES UN DRAMA DE IDA Y VUELTA.

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