El presidente del Consejo Central del Partido Liberal de Honduras, Yani Rosenthal, ha presentado una propuesta para abordar la crisis energética que actualmente afecta al país. Según Rosenthal, este problema no puede resolverse con una sola solución y requiere enfoques a corto, mediano y largo plazo.

A corto plazo, se han planteado varias propuestas para reducir los apagones. La primera propuesta consiste en autorizar a las empresas privadas que dispongan de generadores de respaldo o emergencia para que los utilicen a diario, disminuyendo así la carga sobre la oferta de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE). Esta solución ya se implementó con éxito durante la crisis de 1995. Aquellas empresas que no cuenten con generadores de respaldo podrían solicitar permisos para su instalación.

Otra propuesta es aprovechar la capacidad de los paneles solares instalados en las empresas privadas. Durante ciertos momentos de la semana laboral, esta energía no se utiliza y podría ser comprada por la ENEE a través de contadores «reversibles», pagándola una vez superada la crisis.

También se sugiere implementar una tarifa horaria, con precios más bajos durante las horas nocturnas y los fines de semana, para incentivar el consumo en esos períodos y reducir los picos de demanda en horas diurnas.

Además, se plantea eliminar la reforma que aumentó el consumo mínimo requerido para ser considerado un gran consumidor, lo cual limitó las transacciones privadas y aumentó la carga sobre la ENEE. Asimismo, se propone que la ENEE cuente con su propia tesorería para mejorar la eficiencia en los pagos y tener más autonomía en la toma de decisiones.

A mediano plazo, se mencionan soluciones como la conversión de lámparas de alumbrado público a tecnología LED, lo cual reduciría el consumo en aproximadamente 40 MW a nivel nacional. También se considera el alquiler de generadores pequeños en subestaciones sobrecargadas para reducir la carga sobre las líneas de transmisión.

Para resolver la crisis de manera definitiva, se destaca la importancia de cumplir con la Ley de la Industria Eléctrica. Por ejemplo, la ENEE debería realizar licitaciones de suministro de energía con cinco años de anticipación, sin preseleccionar la tecnología de generación, lo que permitiría seleccionar la opción más económica. Se propone restablecer el ente Operador del Sistema (ODS) en lugar del Centro Nacional de Despacho (CND), para incorporar los aportes de los diferentes sectores del mercado energético en la toma de decisiones.

Un aspecto crítico a abordar es la enorme pérdida de energía en el sistema hondureño, actualmente alrededor del 39%. Se sugiere mejorar la eficiencia en la reducción de pérdidas técnicas y combatir el robo de energía, además de garantizar una gestión transparente y técnica del Programa Nacional de Reducción de Pérdidas (PNRP).

Es importante destacar que la crisis energética es un problema que afecta a toda la región centroamericana, y se menciona la necesidad de cooperación regional para abordarlo de manera efectiva. Se propone establecer mecanismos de coordinación entre los países de la región para intercambiar energía y recursos, lo que permitiría suplir la demanda en momentos de escasez en un país determinado.

Además, se sugiere fomentar la inversión en energías renovables, como la solar y la eólica, para diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de fuentes no renovables. Esto no solo contribuiría a la solución de la crisis energética, sino que también tendría beneficios ambientales al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

En cuanto a la infraestructura, se propone mejorar y expandir la red de distribución eléctrica, especialmente en zonas rurales, donde la falta de acceso a la electricidad es un problema persistente. Esto podría lograrse a través de alianzas público-privadas y la participación de inversores nacionales e internacionales.

En resumen, la propuesta de Yani Rosenthal para resolver la crisis energética en Honduras abarca una serie de medidas a corto, mediano y largo plazo. Estas incluyen el uso de generadores de respaldo, la implementación de tarifas horarias, la conversión a tecnología LED, la mejora en la eficiencia y reducción de pérdidas, la cooperación regional, la promoción de energías renovables y la expansión de la infraestructura eléctrica. Estas medidas, en conjunto, tienen como objetivo estabilizar el suministro de energía y sentar las bases para un sistema energético más robusto y sostenible en el futuro.