Tegucigalpa. Ha pasado un año desde que varias familias empezaron a evacuar sus viviendas de la colonia Guillén de la capital debido a la activación de una falla geológica que dejó sus hogares en escombros, y hoy sus pobladores siguen en zozobra y ante la falta de soluciones definitivas a su problema, algunos han decido regresar al lugar, pese a las advertencias que esta zona ya no puede seguir siendo habitada por los peligros que representa.

La «zona cero», como se conoce al sector donde se destruyeron alrededor de 180 viviendas, sigue igual un año después de la tragedia. Los escombros permanecen en el lugar, sin que maquinaria alguna haya llegado para la limpieza. Además, las lluvias que han caído en la capital han afectado la zona, generando estancamientos de agua propicios para la proliferación de zancudos. La maleza también ha invadido el sector.

Las familias afectadas se han dispersado, algunas viven con familiares, mientras que otras han regresado a los alrededores de la «zona cero» debido a la falta de recursos para seguir alquilando viviendas. La incertidumbre persiste y el temor a que sus casas continúen cediendo en medio de la inminente llegada del invierno vuelve a invadir sus vidas.

Doña Ana Romero, una de las afectadas, explicó que su familia regresó a vivir en su casa debido a la falta de recursos para seguir alquilando. A pesar de que su vivienda se inundó durante las recientes lluvias, no tenían otra opción.

Por su parte, Brenda Mendoza, otra afectada, manifestó que si la alcaldía no les proporciona una casa, se verá obligada a migrar a Estados Unidos en busca de oportunidades para recuperarse económicamente.

María Mendoza, quien también perdió su vivienda en la tragedia, señaló que su salud se ha deteriorado desde entonces debido a la falta de recursos para buscar atención médica. La inflamación en su cuerpo la aqueja constantemente.

Las autoridades municipales informaron que en septiembre se entregarán las nuevas viviendas a los afectados. Sin embargo, los vecinos de este sector esperan que se cumplan los plazos prometidos y que las personas más perjudicadas sean las primeras en recibir apoyo.

A pesar de las dificultades, los afectados agradecieron a la comunidad internacional por las ayudas recibidas y expresaron su esperanza de que finalmente puedan reconstruir sus vidas en un entorno seguro.