En su cuenta personal, Vásquez compartió fragmentos del Dictamen Médico Forense del Ministerio Público (MP) y afirmó con tono desafiante:
“El dictamen es claro: la trayectoria del proyectil fue de arriba hacia abajo. ¡Imposible para un militar! La lógica indica que si fuese el caso, la trayectoria sería de abajo hacia arriba, ya que estábamos en la pista del aeropuerto. ¡Basta ya de persecución política, ustedes lo mataron!”, expresó en su publicación.
El documento que respalda su argumento es el Dictamen A-1040-09, emitido el 22 de julio de 2010 por el doctor Gustavo Adolfo Valladares Mejía, perito forense del Ministerio Público. Según el informe, el joven Isy Obed Murillo Mencías, de 19 años, murió a consecuencia de una laceración cerebral provocada por un disparo de arma de fuego.
El dictamen indica que la trayectoria del proyectil fue “de adelante hacia atrás, de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda”, ingresando por la frente y saliendo por la parte posterior izquierda del cráneo. Esta descripción técnica ha sido utilizada por el general retirado para respaldar su teoría de que los disparos no provinieron de los militares desplegados en la pista del aeropuerto, sino posiblemente desde otro punto elevado.
Junto al dictamen, Vásquez compartió en redes sociales croquis de una supuesta proyección balística lateral, así como fotografías del muro de piedra cercano al monumento El Sauce, donde según su análisis, podría haber estado el tirador.
A pesar de encontrarse prófugo, el exjefe militar ha utilizado sus redes sociales como plataforma para difundir documentos y defenderse de lo que considera una “persecución política”. Esta no es la primera vez que intenta desligarse públicamente de la responsabilidad por la muerte del joven.
Hasta ahora, el Ministerio Público no ha emitido ningún pronunciamiento oficial ante la divulgación de estos documentos por parte del exgeneral. Tampoco se ha confirmado si se abrirá una nueva línea de investigación a raíz de los elementos expuestos.
El caso de Isy Obed Murillo continúa siendo un símbolo de la crisis política de 2009 y aún genera debate y divisiones profundas en el país.