Se trata del privado de libertad, Edgar Misael Martínez, quien se encuentra recluido en el módulo de procesados asignado a los miembros de la Pandilla 18.

El Pozo comienza a revelar las más inimaginables y oscuras acciones a las que son capaces de llegar la población penitenciaria para esquivar el reglamento interno. Durante la realización de una inspección de rutina que las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) realizaban a los reos del reclusorio El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara se encontraron con una enorme sorpresa.

Al hacer la inspección mediante el sistema “Garrett” o detector de metales, fue que los sensores alertaron de la presencia de un artefacto o cuerpo extraño en la humanidad del recluso, Edgar Misael Martínez.

Por lo que de forma inmediata, el hombre fue llevado a la máquina de inspección de cuerpo completo, o “body scan”, dando a conocer una imagen clara de lo que el reo llevaba en su cuerpo, descubriendo un objeto pequeño de forma ovalada en el interior de su ano.

Por lo que se procedió a la sustracción manual del artefacto explosivo. Ahora el INP realiza las indagaciones pertinentes para determinar cómo es que el reo obtuvo el artefacto explosivo, en esta que se supone es una cárcel de “máxima seguridad”, en la que no debería pasar ni siquiera un alfiler, si ser detectado.