Por: Carlos Martínez Z.
         Noticias 24/7 HN

Muchos especulan y aseveran distintas versiones sobre el porqué fue condenado Yani Rosenthal en los Estados Unidos de Norte America, pero muy pocos se detienen a preguntarse ¿por qué él se declaró culpable? tal como ocurrió en el 2017.

Para respondernos está interrogante relataremos hechos que se vivieron antes y después del juicio contra el político y empresario, Yani Rosenthal.

La audiencia contra Yani la podemos comparar con una novela venezolana de los años ochenta, el final no llegaba porque le agregaban más capítulos para  justificar el rainting, así se aplazó por nueve veces la audiencia del empresario sampedrano (dos años y está no se daba), a quien prácticamente lo querían orillar para que se declarará culpable por el delito de lavado de activos provenientes del narcotráfico.

Pero el aplazamiento era porque la fiscalía del Distrito Sur de Nueva York NO podía justificar la acusación y NO tenía las pruebas para que un juez lo declarara culpable, por tal razón el aplazamiento de la audiencia se daba constantemente, llegando al extremo que la fiscalía pedía más tiempo para esta, un día antes o el mismo día que se había programado la citación.

Al no tener las pruebas la fiscalía decide acusarlo  por exportar carne de res a los Estados Unidos, de ganado que se supone era producto del lavado de activos y que pertenecía a los famosos Cachiros, aquí nos preguntamos qué tecnología o ciencia ocupó las fiscalía de Nueva York para saber como cada pedazo de carne pertenecía a una vaca de los Rivera Maradiaga, cuando Empacadora Continental tenía múltiples proveedores de ganado.

Recuerdo claramente la llamada que tuve con Yani una tarde del mes de agosto o septiembre del 2017, cuando me confío que se iba a declarar culpable por ese último señalamiento que le hacia la fiscalía.

Le consulte porque había tomado esa decisión y fue claro al decirme que si se declaraba inocente tenía que esperar de dos a tres años más para la realización del juicio en esa nueva acusación.

“Voz más que nadie sabes Carlos la cantidad de veces que me han aplazado la audiencia y esto significaría dos años más sin ver a mi familia, mejor me declaro culpable y así tengo la esperanza de volver a estar con mi familia” me dijo de forma contundente Yani.

Y así ocurrió, se declaró culpable por un delito que no existe en Honduras y que prácticamente la fiscalía estadounidense se la sacó de la manga de la camisa, porque no podían aceptar que se equivocaron en su acusación y que se los demostraron con documentos que aclararon cada transacción bancaria, sustentadas con cientos de folios que enviaron de Honduras a EEUU.
Uno de los deseos más grandes de Yani era reencontrarse con Don Jaime su padre, pero el destino y una acusación nunca probada y al final injustificada le robaron el poderlo volver a ver.

La nueva acusación de la fiscalía nos indica que el delito de lavado de activos y narcotráfico contra Yani nunca lo pudieron sustentar, comprobar y mucho menos llevarlo a juicio los fiscales del imperio del norte, por NO tener pruebas.

Y esto quedó más que comprobado el día del juicio contra Yani, donde en tres ocasiones el juez les llamó la atencion a los fiscales por usar las palabras lavado de activos y narcotráfico.

Es la última vez que se les advierto si vuelven a mencionar lavado de activos y narcotráfico los expulsó de la sala, pues el señor Rosenthal no fue acusado por esos delitos, señaló el juez aquella tarde fría y con neblina de diciembre del 2017 en Nueva York.

Y todo queda más que refrendado cuando la fiscalía solicitó una condena de 25 años de prision y el juez sólo otorgó una de tres años, más una multa.

Esto deja claro que Yani se declaró culpable por un delito que no cometió ni él y ni su familia, pero que lo hizo con el único deseo de volver a ver su familia, de abrazar a Don Jaime (QEPD) y a Doña Mirian, de darle un gran beso y decirle cuánto le ama a su esposa Claudia, de abrazarlas y decirles cuánto las extrañaba a sus hijas y de estrechar la mano de sus hermanos y hermana y decirles que seguirán construyendo el legado que les dejo su padre...

Deseo que hará realidad este próximo siete de agosto cuando Yani regresa a su querida Honduras.