Tegucigalpa. Por la creciente ola de extorsión, el punto de taxis que opera la ruta de Cerro Grande hacia el Centro en Tegucigalpa ha paralizado sus servicios hoy. En las últimas horas, una de las unidades sufrió un atentado relacionado con el cobro «impuesto de guerra». 

Los taxistas prefirieron mantenerse en el anonimato por temor a represalias, denunciaron que los grupos delictivos han incrementado las cuotas de extorsión a niveles insostenibles.

En ese sentido, este viernes, en una medida de protesta y demanda por mayor seguridad, los taxistas han detenido sus operaciones. Los usuarios, desesperados por la falta de transporte, se han visto obligados a buscar alternativas para llegar a sus lugares de trabajo y estudio.

La situación se complica aún más en la zona, ya que el servicio de buses conocidos como «rapiditos» también opera de manera parcial debido a la extorsión.

Rutas interurbanas paralizadas

Asimismo, la terminal de buses de Jacaleapa, que conecta varias comunidades en la zona oriental del país, se encuentra paralizada debido a la aparición de una séptima línea de extorsión.

Los transportistas de la zona afirman que ya están sobrecargados con los pagos a múltiples grupos delictivos y que esta séptima línea de extorsión representa una carga insostenible.

Las comunidades cubiertas por esta ruta, como Guinope, Danlí, Morocelí y Yuscarán, son las más afectadas por esta situación. Los usuarios se ven atrapados en medio de esta crisis de transporte.

En un intento por resolver esta crisis, el comisionado presidente del Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT), Rafael Barahona, anunció que la Secretaría de Seguridad ha intervenido la terminal y se espera una pronta solución a este problema que afecta a la movilidad a diferentes zonas del oriente del país.