Tegucigalpa. Un grupo de pacientes renales protagonizó una protesta, expresando su descontento con las autoridades sanitarias por ser obligados a recibir atención médica exclusivamente en Nefrocentro.

Uno de los denunciantes, quien prefirió mantener su identidad anónima, explicó que «tras la apertura del Nefrocentro, los pacientes se dividieron, algunos continuaron recibiendo atención en Diálisis de Honduras y otros fueron trasladados al nuevo centro. Sin embargo, semanas después, las autoridades sanitarias nos están obligando a trasladarnos a Nefrocentro, y quien desee seguir recibiendo atención en Diálisis de Honduras deberá pagar por su tratamiento».

Esta medida ha generado preocupación entre los pacientes, ya que muchos de ellos no cuentan con los recursos económicos necesarios para costear el tratamiento. Además, algunos han expresado su descontento con las condiciones del Nefrocentro.

«Salud nos tiene que asegurar nuestro tratamiento. No comprendemos por qué nos están obligando a pagar en otro lugar si entre más centros haya disponibles, mejor para nosotros los pacientes», agregò una de las manifestantes.

En respuesta a estas acusaciones, Miguel Osorio, portavoz de la Secretaría de Salud, afirmó que la entidad garantiza el tratamiento a más de cuatro mil pacientes renales a nivel nacional. Explicó que se firmó un contrato con Nefrocentro para brindar un lugar adecuado para el tratamiento de los pacientes.

Osorio también abordó la pregunta sobre por qué no se utiliza Diálisis de Honduras para los tratamientos, señalando que la ley prohíbe el pago a una empresa que no ha sido adjudicada. Afirmó que hacerlo sería considerado como corrupción por parte de la secretaría.

La situación de los pacientes renales evidencia la complejidad de la atención médica en el país y la necesidad de encontrar soluciones que garanticen un acceso equitativo y de calidad a los servicios de salud para todos los ciudadanos.