Tegucigalpa.  La ministra de Derechos Humanos de Honduras, Natalie Roque, informó que  ha «debutado» con diabetes y que, debido a complicaciones de salud, se ha visto obligada a tomar un tiempo de reposo. Sin embargo, su declaración ha sido recibida con críticas por parte de algunos sectores, quienes cuestionan su falta de previsión y transparencia en la gestión de su salud y responsabilidades ministeriales.

En un comunicado emitido, Roque admitió que su situación de salud se había deteriorado a finales de 2023, pero que continuó en funciones durante más de dos meses, ignorando las advertencias médicas y las preocupaciones de sus seres queridos. Esta revelación ha generado preguntas sobre su capacidad para ejercer su cargo de manera efectiva y responsable.

«Hace seis meses compartí públicamente información personal sobre mi salud, al haber debutado con diabetes. En ese momento hacía reflexiones sobre el necesario autocuidado y luego –anteponiendo la responsabilidad– no cumplí ni la mitad del reposo mínimo indicado. A finales de 2023 mi situación de salud volvió a complicarse. Durante más de dos meses seguí en funciones, cumpliendo con responsabilidad y dedicación, desatendiendo criterios médicos y súplicas de mis seres queridos».

«Finalmente me ha tocado someterme al criterio básico: la salud es primero. Informo que hace varios días me encuentro bajo reposo e incapacidad médica/legal», detalla la publiación en X (twitter).

Si bien Roque ha agradecido el apoyo de la presidenta Xiomara Castro y del asesor presidencial Manuel Zelaya, así como el compromiso del equipo de la Secretaría de Derechos Humanos durante su ausencia, algunos críticos consideran que la ministra debería haber sido más proactiva en la gestión de su salud y en la comunicación con el público sobre su situación.

Además, la falta de información previa sobre la condición de salud de Roque ha generado especulaciones y rumores, lo que ha llevado a la ministra a emitir una declaración para aclarar la situación.

Sin embargo, para algunos observadores, esta respuesta llega tarde y plantea interrogantes sobre la transparencia y la comunicación en su administración.

En un momento en que la credibilidad y la confianza en las instituciones gubernamentales son cruciales, la revelación de Roque plantea dudas sobre su capacidad de liderazgo y sobre la efectividad de la Secretaría de Derechos Humanos bajo su dirección.

Aunque la salud es una prioridad, los líderes públicos también tienen la responsabilidad de planificar y gestionar sus responsabilidades de manera adecuada y transparente, lo que parece haber sido descuidado en este caso.