Lejos de disimular, el Atlético de Madrid ha escenificado a bombo y platillo su enfado con Antonie Griezmann y Rodrigo Hernández por decidir abandonar el club este verano. En el Wanda Metropolitano no han encajado bien que dos de los baluartes de Simeone hayan decidido cambiar de aires.Primero, fue el francés quien adelantó que esta había sido su última temporada como rojiblanco y que abonaría su cláusula de rescisión cuando se redujese de 200 a 120 millones de euros, a partir del 1 de julio. No desveló el destino, pero Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético de Madrid, sí se encargó de situarle en el FC Barcelona.

Sin embargo, la fricción mediática con sus futbolistas no quedó ahí. Rodrigo Hernández, llamado a suceder a Gabi Fernández en la medular 'colchonera', también advirtió al club de que el Manchester City tenía intención de depositar los 70 millones de euros de su cláusula.

Aunque Enrique Cerezo y Simeone trataron de convencerle, el ex centrocampista del Villarreal pidió tiempo para valorar la propuesta de Pep Guardiola. Una situación que tampoco gustó en el Wanda Metropolitano, donde se apresuraron a firmar a Marcos Llorente y presentarle con el '14', dorsal de un Rodrigo Hernández que todavía figuraba en la plantilla.