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Honduras: Se resquebraja el partido LIBRE de Xiomara Castro


Las diferencias dentro del partido Libre amenazan la estabilidad democrática del país Centroamericano

TEGUCIGALPA.- El retorno del socialismo parecía indetenible en Honduras, tras la victoria de la alianza política de dos de las fuerzas más importantes del país centroamericano. No obstante, ni siquiera la victoria política que significó la detención del expresidente Juan Orlando Hernández, le ha dado la gobernabilidad deseada a Xiomara Castro. Si manejar el congreso ya es cuesta arriba para los jerarcas del partido Libertad y Refundación (LIBRE), canalizar a los funcionarios del partido oficialista está mermando aún más la capacidad de acción de la primera presidenta mujer de ese país.

Era fácil pronosticar que las cosas no serían sencillas para Xiomara Castro. Desde que se anunciaron los resultados de las elecciones generales de Honduras, se podía intuir que tanto el Partido Nacional (PN), como el Partido Liberal (PLH) le pondrían trabas a las leyes y directrices de la familia Zelaya Castro. No obstante, se le sumaron los desacuerdos entre LIBRE y el partido Salvador de Honduras, con quien Xiomara mantuvo la alianza electoral. Ahora, a la poca capacidad de generar nuevas alianzas, o de mantener la que tenía, se le suman las divisiones internas.

Partido LIBRE: Visiones más opuestas que nunca
En su corta trayectoria, el partido LIBRE se ha caracterizado por permitir una amplitud de pensamientos políticos a lo interno. De hecho, esta es una organización que acogio a dirigentes que renunciaron a otros partidos, como ocurrió con varios disidentes del PLH. No obstante, lo que ocurre ahora va más allá de diferencias ideológicas en el amplio espectro permitido dentro de la tolda política. Las diferencias actuales tienen que ver con la forma en la cual se debe gobernar y la aparición de figuras políticas de peso, que estarían haciendo frente a Mel Zelaya y su familia.

Los problemas en el Congreso Nacional ocurrieron desde el primer día, cuando un grupo nutrido de la bancada de LIBRE se declaró en apoyo a Jorge Cálix, para la presidencia del legislativo. En aquel entonces, los altos jerarcas de la tolda roja optaron por honrar la alianza política y designar al Diputado Luis Redondo, del PSH, como cabeza de dicha institución. Con el tiempo, Redondo se alejó de su propio partido y comenzó a mostrar afinidad con las políticas de la presidenta. El incidente se zanjó con aparente tranquilidad.

Pero en la actualidad, algunas figuras disidentes, periodistas y analistas sostienen que estaría surgiendo una figura que le disputa el liderazgo a Xiomara Castro: Rixi Moncada, actual titular de la Secretaría de Finanzas. Esto explicaría porque algunos discursos de funcionarios oficialistas son tan discrepantes, e incluso, que ocurran conflictos entre ellos. Esto se evidenció, por ejemplo, en un impasse vía Twitter protagonizado por Marlon Ochoa.

Además de ser titular del ministerio de Finanzas, se dice que Rixi Moncada fue quien ideó la controversial Ley de Justicia Tributaria, instrumento jurídico que ha sido muy criticado por empresarios, analistas económicos y políticos, por el hecho de representar un riesgo legal para el sector privado de Honduras. La discusión de esta ley acrecentó la brecha entre LIBRE y el resto de los partidos que dominan el congreso, debido a un discurso bastante altisonante hecho por Marlon Ochoa.

A partir de ese momento, la relación entre los Zelaya Castro y Rixi Moncada al parecer se ha tensado considerablemente. La familia que controla el poder ejecutivo del país, estaría viendo con ojeriza la capacidad de generar lealtades que Moncada ha desarrollado dentro de LIBRE, partido dirigido por el ex presidente Mel Zelaya. Esta funcionaria contaría además con la lealtad de un grupo representativo de funcionarios y dirigentes, que ahora mismo están siendo vistos como radicales, o poco convenientes.

Las diferencias entre quienes están con la familia presidencial y los que están con Rixi parecen cada día más evidentes e irreconciliables. Los enfrentamientos, aunque coyunturales, son más que notorios y han traído controversia en redes sociales. Incluso hay ex funcionarios que hablan de la existencia de un ala “rixista” dentro de LIBRE. Esto lo ha dicho Pedro Barquero, quien fue secretario de Desarrollo Económico de la propia Xiomara Castro.

Organismos como la oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos y la Organización de Naciones Unidas han alertado sobre el peligro que corre la democracia en Honduras si no se construyen consensos.

El ascenso de Rixi Moncada es catalogado como por muchos como peligroso debido a su radicalismo y poco tacto para impulsar leyes o políticas. Además, en el pasado Rixi Moncada ha sido investigada por casos de corrupción ocurridos cuando ella ocupó diversos cargos públicos, tanto en el gobierno de Mel Zelaya como en los periodos presidenciales de Juan Orlando Hernández.

Rixi Moncada se caracteriza por tratar de imponer su voluntad, incluso en detrimento de algunos de los lineamientos dados por Xiomara Castro. Una fuente anónima indicó recientemente, que el último conflicto suscitado entre ambas dirigentes fue por la designación del próximo fiscal general. Según la información, Moncada habría exigido apoyo a la nominación de Luis Javier Santos, uno de los alfiles principales del rixismo dentro de la administración pública. No obstante, se cree que el propio Mel Zelaya forzó el rechazo de dicha postulación, lo cual habría generado una pugna de poder dentro de LIBRE que ahora mismo se busca apaciguar.

Luis Javier Santos, que se desempeña como jefe de la Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción, habría recibido fondos y competencias, como posible resarcimiento de Xiomara Castro, para limar asperezas. Añadido a esto, se le ha prometido al funcionario algunas de las funciones propias del Ministerio Público, aunque con ciertas limitantes.

Las constantes peleas políticas entre Rixi Moncada y Xiomara Castro han dejado atrás la verdadera razón de sus roles políticos. El Partido Libre parece desintegrarse a paso lento, pero seguro y los hondureños siguen esperando los cambios estructurales prometidos, aunque el descontento parece ir en aumento en un país que comienza a sentirse estafado por la propuesta de sus actuales gobernantes. Fuente: Diario Las Américas

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