Al menos para el diputado olanchano, Vidal Cerrato, es lo que indica el hecho que esta represa esté fuera de operación a causa de un supuesto sabotaje.

“Sabemos el peso que tiene uno de estos yugos, sabemos que hubo más de 3 ó 4 personas involucradas y realmente nosotros hemos llegado a la conclusión que hay un interés económico por la renovación de contratos”, expresó el parlamentario.

Cerrato refirió que en la parte económica las pérdidas son de 3 a 5 millones de lempiras mensuales, en tanto a nivel político, el jefe de la represa por la parte estatal, que recientemente fue suspendido, no responde al partido oficial.

Pero el diputado olanchano cuestionó el porqué no suspendieron también a las autoridades de parte de la empresa que trabaja dentro de Patuca III, ya que esta “es la persona que maneja, organiza y hace la planificación de lo que es el proyecto”, dijo.

Por lo tanto, se teme que dentro de la central hidroeléctrica, todavía se encuentra la o las personas que hacen ‘aterrizar’ toda energía que se dirija a aclare y resuelva la situación anómala que allí se ha presentado.