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El sabor agridulce de haber ganado la batalla al Covid en la voz de un médico que a la vez fue paciente


El país en donde se vendió la idea de agradecimiento al personal de primera línea en la lucha contra el Covid, resultó ser el único en el mundo que se dio el ‘lujo’ de despedir al personal que adquirió esa experiencia, cuando ni siquiera se “aplanó la curva” de incidencia, lejos de eso se pronostica que hacia finales de octubre e inicios de noviembre podríamos estar enfrentando un pico similar o peor al de junio.

Para el doctor Henry Alvarenga, haber sido diagnosticado positivo por Covid fue muy estresante, reconoció, por saber interpretar los pros y los contras que enfrentaría.

El galeno manifestó que su contagio fue en su lugar de trabajo, él había sido contratado por el Seguro Social para laborar durante la pandemia, allí a diario en una improvisada sala para Covid, acondicionada en el auditorio a diario se encontraba como mínimo con 300 pacientes positivos, sin el adecuado equipo de bioseguridad, pues como recuerda, era el inicio de la pandemia y había mucho desconocimiento acerca del manejo de la misma, expresó.

Pero eso todavía resulta comprensible; lo increíble es, que siendo empleado del Seguro Social, al doctor Alvarenga se le haya negado la prestación de atención médica en su lugar de trabajo, al reconocer incluso sus colegas compañeros de trabajo que su estado era delicado y que la enfermedad continuaba avanzando sin recibir atención médica, le aconsejaron que mejor buscara ayuda afuera.

“Eso es algo tremendamente triste recordarlo porque, cuando me empecé a sentir mal busqué en cuatro ocasiones en la misma institución, pero me cerraron las puertas realmente, fue tanto que ni si siquiera a la emergencia me dejaban entrar”.

Fue así que una hermana de él sin conocer a la presidente del Colegio Médico, Suyapa Figueroa, la contactó y ella hizo los arreglos respectivos para que el doctor Alvarenga fuera ingresado en el Hospital María, gesto que agradeció a todos los que participaron en su recuperación.

Contradictorio es que un médico del Seguro Social que no tenga seguro. “Es correcto y no solo yo, muchos de los empleados del Seguro Social están en esta misma situación, sin derecho a nada”, lamentó.

Como si eso es poco, estos empleados son amenazados que si se quejan o ponen alguna incapacidad serán despedidos, por eso calló él y por lo mismo callan los demás. Llegando al grado que estando infectados atendían a pacientes no infectados, desde luego esto no es del desconocimiento público pero sí de las autoridades porque a pesar de lo que expresan por los medios de comunicación la verdad es que no les interesa el bienestar de la población.

Sí todo lo narrado pudiera resultar inconcebible, lo que describió a continuación, de veras que resulta inaudito. Porque todo lo que la propaganda decía acerca de los trabajadores de primera línea, ubicándolos como auténticos héroes, a quienes prácticamente les estaban colgando una medalla por su valioso aporte, el premio para el doctor Alvarenga ha sido el despido.

“Mientras muchos médicos especialistas renunciaron unos, pusieron permisos otros, también hubo quienes cerraron sus clínicas privadas, por el temor, lo cual es lógico, mientras que unos pocos, en todo el país, dimos un paso al frente y como Isaías, dijimos ¡AQUÍ ESTOY YO!”.

“Además la enfermedad me dejó secuelas, por ejemplo, perdí sensibilidad en cuatro dedos de las manos, lo mismo en los laterales de las piernas, infecté a mi madre que casi fallece, estuvimos ingresados al mismo tiempo en el Hospital María, infecté a mis hermanos. ¿Con qué me pagó el Seguro Social, la Secretaría de Salud y el Estado de Honduras? DESPIDIÉNDOME”.

Pero el despido tiene un componente que lo hace todavía más doloroso, porque en el memorándum de despido ponen de argumento una mentira, como lo siente el doctor, es que la recomendación de ‘TÉCNICOS’ le manifestaron a la Junta Interventora QUE LA PANDEMIA YA ESTÁ PASANDO, A PUNTO DE TERMINAR.

“Les pregunto, cómo está el día de hoy el Mario Catarino Rivas, que es el principal hospital de la zona noroccidental, cómo está el Hospital Escuela que es el principal en la zona central y sur, cómo está, Roatán, Santa Rosa de Copán, abarrotados totalmente; entonces no entendemos si nosotros mismo atendíamos la pandemia, nos quieren hacer creer el argumento que ya terminó la pandemia”, expuso el profesional de la medicina.

A pesar que la nota decía que la cancelación de contratos era por finalización de la pandemia, un médico ejecutivo en la administración del Seguro Social argumentó que la cancelación es por problemas financieros de la institución, lo cual de ser cierto, es considerado por los afectados como más grave.

“Porque significa que nos mandaron a morir, sabiendo que no tenían dinero y nos engañaron públicamente diciendo que teníamos una estabilidad laboral en esta pandemia a través de los PCM (decretos presidenciales) y el decreto legislativo, el que en una cadena el doctor Mauricio Oliva dijo que empleados de la Salud que estaban en primera línea se nos daría la plaza permanente, por lo tanto me preguntó cómo es posible que nos hayan engañado de una forma tan vulgar”, expreso con gran pesar porque fueron engañados de manera muy grosera y alevosa.

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