Captura Tel Poirta

El Covid y los efectos emocionales en los no contagiados


La mayor parte de las personas reconocen que han sido afectadas en lo económico como efecto derivado de la pandemia, sin embargo una cosa lleva a la otra, y mucho menor es el número que va a aceptar los efectos emocionales derivados de los efectos económicos acarreados por esta emergencia de salud que lleva ya medio año.

El voluntario en el Teléfono de La Esperanza, Manfredo Cruz, nos relata de los peligrosos desenlaces de saber que no se puede resolver una situación económica, traduciéndose a la vez en miedo, frustración, enojo, etc.

“Y todo lo que eso conlleva cuando este tipo de situación está circulando en mi parte emocional al no poderla expresar, podemos venir viendo que se comienzan a presentar trastornos, que se pueden reflejar en una crisis de cualquier tipo”, dijo Cruz.

Agregó. “Nosotros hemos aprendido en el Teléfono de La Esperanza que toda crisis, si le da el enfoque adecuado, al final son positivas, porque permiten ver cosas que no se percibían”.

Por ejemplo mencionó que la persona se puede preguntar, “¿qué puedo aprender de esta situación. Podemos aprender que tenemos muchas más habilidades que las que consideramos, es así como hoy vemos a mucha gente haciendo actividades que no se planteaba hacer y con ellas subsiste, alimenta a su familia y afronta la situación”, razonó.

El problema está en que habemos muchos, que no tenemos las herramientas necesarias para sacarnos esas ideas y esos pensamientos negativos, que son los que nos impiden dar un paso, afirmó.

“Entonces el Teléfono de La Esperanza trata de darle esas herramientas porque eso es al final. Todos tenemos las habilidades, los talentos, todos fuimos dotados de ello, la cuestión es que muchas veces no sabemos cómo desarrollarlos. Esta crisis nos está demostrando una cosa, sino somos solidarios no vamos a avanzar”.

Expuso que generalmente las crisis interactúan con las interrelaciones personales, por ejemplo, un padre que ya no puede dar un estilo de vida que llevaban sus hijos, puede asomar la frustración tanto en él como en los demás integrantes del núcleo familiar, con un peso adicional de sentimiento de valor inferior, o de culpabilidad.

"Por qué, porque el modelo social ha enseñado que velemos por lo que damos, por lo que hacemos, etc. Y eso no es así, o sea, es un nuevo aprendizaje, desaprender lo que nos han enseñado", aclaró que eso no quiere decir que la persona debe bajar los brazos y acepte la crisis tal como es.

“No, no; hay que aceptar la crisis por supuesto, pero hay que entrar en acción una vez que yo la detecto y veo mis talentos, mis habilidades. Pero el choque violento de lo que para mi antes era pecado (por así decirlo), eso me enfrenta a mi autovaloración personal, donde tenía puesta yo mi valoración personal, en lo que podía dar a los demás, en lo que podía yo resolver situaciones económicas, etc. O la tenía puesta en mi propio ser, capaz de resolver las situaciones que la vida me presenta”, expuso Cruz.

Para atención al público, Cruz afirmó que la persona que llama al número del Teléfono de La Esperanza es completamente anónimo, o sea, la persona que llama no tiene que dar su nombre, ni ningún dato personal, tan solo se habla de problema dijo.

Quienes les escuchan por personas especialmente entrenadas para eso, para escuchar. Ese número de esperanza es el 9748 0666, también puede marcar a este otro número: 9992 1002. El Teléfono de La Esperanza cuenta además con el número: 150.

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