En un domingo marcado por la violencia, se ha registrado a nivel nacional la trágica muerte de al menos 15 personas, sumiendo a las familias hondureñas en el luto y el dolor.

La mañana temprano comenzó con la devastadora noticia de una masacre en la colonia Santa Martha de San Pedro Sula, donde cinco personas perdieron la vida y otras dos resultaron heridas.

En el sector Rivera Hernández, específicamente en la colonia Sinaí, un joven fue asesinado mientras se dirigía a su hogar, en un acto de violencia que ha conmocionado a la comunidad.

En el municipio de Choloma, en la colonia San Francisco, un enfrentamiento entre miembros de estructuras criminales y agentes policiales dejó como resultado la muerte de un pandillero y varios heridos.

En Jesús de Otoro, departamento de Intibucá, un hombre fue asesinado brutalmente a pedradas por individuos desconocidos, cuya identidad aún se desconoce.

En el departamento de Lempira se reportaron dos hechos violentos. En el municipio de Piraera, un hombre identificado como Facundo Gonzales fue asesinado en plena vía pública con un arma blanca. Además, en el municipio de Gracias, un joven de 19 años llamado Rommel Hernández fue víctima de un homicidio cometido con arma de fuego.

En la ciudad de La Ceiba, una mujer identificada como Linda Mariana Espinal Cardona fue asesinada a tiros por individuos que se desplazaban en motocicletas, dejando consternación en la comunidad.

En Olanchito, Yoro, se encontró sin vida a un menor de edad en una calle que conduce al sector de El Juncal. El joven presentaba heridas de arma blanca, en un trágico suceso que ha generado indignación.

En Candelaria, Concepción de Copán, un hombre llamado Hernán Contreras perdió la vida tras ser atacado con una piocha. Aunque fue trasladado de urgencia a un centro asistencial, sus heridas resultaron mortales.

En la capital hondureña, específicamente en la colonia San Juan del Norte, una persona fue asesinada después de ser sacada de su vivienda. La identidad de la víctima aún no ha sido revelada.

Este domingo violento deja un sombrío saldo de vidas perdidas y familias destrozadas, reflejando la necesidad de acciones urgentes para abordar la creciente violencia en Honduras y garantizar la seguridad de sus habitantes.