Tegucigalpa.- Las autoridades del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) han suscitado cuestionamientos al convocar una reunión crucial de la Bancada de LIBRE en el distante Catacamas, Olancho, para el próximo lunes 8 de enero. Este llamado a la acción se produce en un momento sensible, justo cuando el partido se encuentra inmerso en delicadas negociaciones con el Partido Nacional y el Partido Liberal para reanudar las sesiones legislativas.

La elección de llevar a cabo esta reunión fuera de la capital, Tegucigalpa, plantea la pregunta evidente: ¿por qué tomar una decisión estratégica de tal magnitud tan lejos del epicentro político del país? La distancia geográfica podría interpretarse como un desafío logístico innecesario, especialmente en un periodo en el que la celeridad y la agilidad en las negociaciones son cruciales.

Además, la coincidencia de la reunión con las trascendentales negociaciones con otras fuerzas políticas plantea interrogantes sobre la prioridad otorgada a estos diálogos cruciales en comparación con los asuntos internos del partido. ¿Es este el momento adecuado para centrar la atención en asuntos partidarios internos, o debería LIBRE estar concentrándose exclusivamente en las negociaciones legislativas que interesan al país?

La participación de figuras clave como Manuel Zelaya, Xiomara Castro y Rixi Moncada en este evento en Olancho añade una capa adicional de incertidumbre. ¿Qué mensaje intenta enviar LIBRE al llevar a cabo una reunión de tal envergadura en un lugar tan distante y en un momento tan crítico para las negociaciones políticas nacionales?

Otra hipótesis que surge alrededor de esta reunión, es que las autoridades de Libre buscan alinear a los diputados Calixtos en la dirección que los Zelayas necesitan. ¿Será una encerrona?