Tegucigalpa. La Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento (UMAPS) ha desatado controversia al anunciar cambios drásticos en el suministro de agua potable para los residentes de Tegucigalpa que dependen de la planta de El Picacho.

A través de sus plataformas digitales, la UMAPS informó que, a partir del próximo 1 de abril, los abonados de esta área recibirán agua cada 8 días, alegando una estrategia para administrar de manera más eficiente los recursos hídricos ante la creciente demanda.

Sin embargo, esta decisión ha generado preocupación entre los ciudadanos, quienes temen que el nuevo esquema de distribución ponga en riesgo su acceso al vital líquido.

A pesar de las promesas de la UMAPS de implementar medidas adicionales para garantizar el acceso durante los días sin suministro regular, la incertidumbre persiste. Se espera el uso de carros cisterna en ciertos sectores, pero muchos temen que esto no sea suficiente para cubrir la demanda.

Mientras tanto, los barrios y colonias del Distrito Central que reciben agua de otras fuentes continuarán con su esquema habitual de abastecimiento, lo que ha generado críticas por la aparente disparidad en el trato entre diferentes áreas de la ciudad.

En medio de la incertidumbre y la insatisfacción de los residentes, la UMAPS insiste en que estos cambios son necesarios para garantizar una gestión más sostenible del vital líquido. Sin embargo, la falta de transparencia en el proceso y la aparente falta de consulta con la comunidad han avivado el malestar entre los ciudadanos.

Ante este panorama, los habitantes de Tegucigalpa exigen respuestas claras y soluciones concretas por parte de las autoridades para asegurar un acceso continuo y equitativo al agua potable, un recurso esencial para la vida y el bienestar de todos.