Nueva York.- En la víspera del esperado juicio contra Juan Orlando Hernández y los exoficiales Juan Carlos «El Tigre» Bonilla y Mauricio Hernández Pineda, la Fiscalía de Estados Unidos arroja luz sobre una supuesta red de corrupción y narcotráfico que implica a altos funcionarios hondureños. El documento de 29 páginas presentado el martes ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York por el fiscal general de la ciudad, Damian Williams, y su equipo, revela detalles impactantes que podrían cambiar el rumbo del caso.

«El gobierno presenta respetuosamente este memorando en apoyo de medidas suplementarias a la moción «in limine« con respecto al próximo juicio de Juan Orlando Hernández, Juan Carlos Bonilla y Mauricio Hernández Pineda», señala el escrito.

Nuevos testigos y pruebas adicionales

El memorando destaca la intención del gobierno de convocar a nuevos testigos cooperantes, CW-3 y CW-4, así como ofrecer declaraciones adicionales de co-conspiradores. Estas medidas pretenden fortalecer la moción «in limine» y presentar pruebas complementarias al ya extenso expediente del caso.

La Historia de CW-3

El testimonio del nuevo testigo cooperante, identificado como CW-3, ofrece un relato escabroso. Este individuo, con acceso privilegiado a funcionarios gubernamentales de alto nivel en Honduras, se convirtió en un facilitador clave para la organización de narcotraficantes Los Cachiros. Su colaboración incluyó la provisión de protección armada a cargamentos de drogas y la obtención de contratos gubernamentales para lavar las ganancias del narcotráfico.

Lo más sorprendente es la conexión directa de CW-3 con Juan Orlando Hernández. Aprovechando esta relación, CW-3 no solo obtenía información y protección para Los Cachiros, sino que también canalizaba múltiples sobornos de considerables sumas de dinero hacia el expresidente hondureño.

Conspiración de larga data

Las revelaciones del documento abarcan eventos desde 2009 hasta 2018, mostrando una red de corrupción que involucra no solo a Hernández y a los exoficiales mencionados, sino también a otros altos funcionarios hondureños. El documento indica que Juan Orlando Hernández estaba al tanto de operaciones de narcotráfico, apoyándolas y recibiendo sobornos sustanciales.

Entre 2012 y 2013, indica el documento, «CW3 tuvo múltiples reuniones con Fredy Renán Nájera Montoya, un congresista hondureño y narcotraficante, CC1, un miembro de alto rango del Cartel de Sinaloa, y un asociado de CC1, respecto de la ayuda de CW3 para facilitar el control de Puerto Cortés para fines de narcotráfico».

Las revelaciones proporcionadas por los fiscales destacan la participación del testigo cooperante CW3 en eventos significativos. Según la información presentada, a CW3 se le pagó aproximadamente $150,000 para facilitar el control del puerto. En una escena que parece sacada de una película, durante una reunión en San Pedro Sula, CC1 expresó su respaldo financiero a la campaña presidencial de Juan Orlando Hernández.

En otro incidente relacionado con Tony Hernández, en 2013, CW3 acompañó a Tony a una gasolinera en Honduras para cumplir «un recado». Después de recibir una bolsa azul en la gasolinera, que se estimaba en unos $4 millones provenientes de los Valles, destinados a la campaña de Juan Orlando Hernández, Tony y CW3, ambos armados, informaron a Juan Orlando sobre la entrega, confirmando su reconocimiento.

Además, en 2013, CW3 discutió con Juan Orlando la obtención de información de radar para facilitar el tráfico de drogas con Los Cachiros. Posteriormente, CW3, en varias ocasiones, se reunió con CC8 para obtener esta información, incluso llevando a fuentes confidenciales de la DEA en una ocasión. Sin embargo, tras una reunión grabada donde se solicitaba consentimiento para introducir drogas a Honduras, Juan Orlando aconsejó a CW3 tener más cuidado para no exponerlo a él ni a CC8.

Además de Juan Orlando Hernández, el juicio también incluirá testimonios del narcotraficante guatemalteco Fernando Chang Monroy, quien alega que los Valle sobornaron al «El Tigre» Bonilla para proteger sus cargamentos de droga. Alexander Ardón, exalcalde de El Paraíso Copán, y Devis Rivera Maradiaga también están programados para testificar.

Chang Monroy declarará que Miguel Arnulfo Valle Valle, que sobornaron a El Tigre Bonilla,» aproximadamente cada tres meses para proteger sus cargas de narcóticos. Los pagos, que variarían en frecuencia y monto, fueron pagados por los Valle ya sea directamente a Bonilla o a dos oficiales de la  Policía Nacional».

Implicaciones del cartel de Sinaloa

El documento destaca la relación entre los acusados y el Cartel de Sinaloa. Testimonios como el de CW-4 revelan conversaciones entre cabecillas del cartel, incluido «El Chapo» Guzmán, discutiendo la logística de recibir cargas de cocaína de los «Hernández» en Honduras.

En esta reveladora declaración, el testigo identificado como CW-4 proporciona detalles sobre la conexión entre el Cartel de Sinaloa y los «Hernández» en Honduras. Desde 2008, CW-4 escuchó a líderes del cartel, incluido el famoso «El Chapo» Guzmán, discutir la logística de recibir cargamentos de cocaína de los «Hernández» en Honduras. En 2010, mientras custodiaba una pista de aterrizaje en México, CW-4 presenció la llegada de un avión que transportaba a Tony Hernández desde Honduras, siendo referido como «Don Antonio». Bajo la dirección de «Cholo Iván,» un miembro del Cartel de Sinaloa, CW-4 transportó a Tony Hernández a una propiedad de El Chapo para participar en reuniones cruciales.

La narrativa continúa en 2012, cuando «Cholo Iván» instruyó a CW-4 para proporcionar seguridad a El Chapo durante su vuelo desde Sinaloa a Tapachula, cerca de la frontera entre México y Guatemala. Sin embargo, al esperar en Tapachula, CW-4 recibió actualizaciones por radio, revelando que El Chapo había cruzado hacia Honduras en helicóptero y llegado a un rancho propiedad de los hermanos «Hernández.» En una trama digna de una película, CW-4, trabajando para el Cartel de Sinaloa y viviendo en Costa Rica, recibió instrucciones de Iván Guzmán para viajar a Honduras en 2018. La misión era pagar un soborno a un teniente de las fuerzas de seguridad hondureñas para asegurar el paso seguro de un cargamento de narcóticos proveniente de Colombia.

En medio de estas revelaciones, se espera que el juicio arroje luz sobre esta compleja trama de supuesta corrupción y narcotráfico que ha marcado la política y la seguridad en Honduras en la última decada. Los hondureños y la comunidad internacional observan con atención este proceso judicial que promete destapar oscuros secretos en los niveles más altos del poder hondureño.