Tegucigalpa. La indignación se apodera de los familiares de las tres mujeres que fueron asesinadas en Roatán, Islas de la Bahía, ante la decisión de las autoridades de Medicina Forense de trasladar los cadáveres hasta San Pedro Sula, al norte de Honduras.

Los familiares, visiblemente molestos, denuncian que se les exige viajar con los representantes de Medicina Forense a San Pedro Sula para la autopsia, una situación que encuentran inaceptable.

En una postura firme, los familiares se oponen al traslado de los cuerpos fuera de la zona donde fueron hallados, insistiendo en que no permitirán que los restos de sus seres queridos abandonen el lugar del trágico hallazgo.

Los afectados expresaron su desconfianza hacia las autoridades, afirmando que no se dejarán engañar y que harán todo lo posible por reclamar los cuerpos sin desplazarse a otra ciudad.

En San Pedro Sula, un equipo forense está listo para recopilar evidencia y agilizar la entrega a los familiares, pero la falta de medios de transporte desde Roatán plantea un obstáculo significativo.

Aunque los informes preliminares no revelan heridas de arma blanca, de fuego ni signos de tortura en los cuerpos de las mujeres, la autopsia se presenta como crucial para arrojar luz sobre las circunstancias de sus trágicas muertes.

La comunidad y las autoridades siguen de cerca este caso, en el que la incertidumbre y la tensión persisten mientras los familiares buscan respuestas y justicia para las víctimas.