Se trata de la diputada independiente, Ligia Ramos, quien declara que a veces confió en la lucha anticorrupción de algunos, pero se dio cuenta que era un espejismo.

Además, arremetió contra “pseudo líderes” en el Partido Salvador de Honduras (PSH), en una reacción aparente de la “liberación” que manifestó sentir, una vez que está fuera de esa institución política.

Lo que está viviendo la doctora Ramos, es, prácticamente, un denominador común en ciudadanos que no han arrastrado ninguna trayectoria política, pero que, entusiasmados por lo que se les prometió podían llegar a hacer por ideales nobles tomaron un barco con bandera anticorrupción, sin embargo, dicho estandarte resultó estar hecho de papel crepé.

Y eso es precisamente lo que denota la serie de epítetos que derrama la legisladora, ahora independiente, al referirse como "líderes misóginos, racistas, y egocéntricos”, por mencionar unos cuantos y, que ese tipo de liderazgo afecta al país, expone.