Tegucigalpa. A pesar de las celebradas cifras presentadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), algunos sectores expresan escepticismo y cuestionan la autenticidad de la reducción de la pobreza anunciada.

Eugenio Sosa, director del INE, declaró una disminución significativa del 73.6% al 64.1%, afirmando que al menos 800 mil hondureños han salido de la pobreza en un año.

El funcionario reveló una sorprendente y hasta poco creíble disminución de la pobreza en Honduras durante el periodo presidencial de Xiomara Castro. Según la medición de junio de 2023, hubo una reducción del 9% en promedio. Al detallar el impacto, Sosa estimó que entre 200 mil familias y más de medio millón de hondureños han abandonado el umbral de la pobreza.

Sin embargo, hay quienes argumentan que las cifras podrían estar maquilladas o ser demasiado optimistas, considerando el contexto de crisis económica, desastres naturales y la pandemia que ha afectado al país.

Henrry Rodríguez, jefe del Departamento de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), señaló que, aunque se reconoce una recuperación económica, esta ha sido a un ritmo lento, y muchos puestos de trabajo aún no se han restablecido.

El escepticismo se centra en la velocidad aparentemente vertiginosa con la que se ha logrado este supuesto avance, generando dudas sobre la metodología utilizada en la medición y la capacidad del INE para proporcionar datos precisos y confiables. Algunas personas sostienen que estas cifras podrían ser parte de una estrategia de imagen del gobierno actual, dirigida a proyectar una mejora sustancial en un corto período.

Mientras el gobierno destaca las inversiones y programas sociales, la oposición y analistas económicos piden un escrutinio más riguroso de los datos y una evaluación independiente para confirmar o refutar las afirmaciones del INE. Ya que es evidente que las condiciones de vida de los hondureños poco o nada han mejorado en los últimos dos años.