Aunque dicen que los fondos son para el agro y el medio ambiente, crecen las dudas sobre el verdadero destino del dinero y cómo se pagará tanta jarana.
Tegucigalpa. Cuando por fin los diputados del Congreso Nacional (CN) sesionan, lo hacen para enjaranar más al país, pues esta tarde-noche los “padres de la patria” autorizaron varios préstamos millonarios que se suman a los ya existentes, generando preocupación por el impacto a largo plazo en la economía del país.
En una entrevista con HRN, el diputado José Jaar expresó su frustración por la situación, destacando que los hondureños ya enfrentan una carga de deuda considerable debido a las decisiones del Congreso, y advirtió que con los nuevos préstamos, el país podría estar comprometiendo su estabilidad económica durante las próximas décadas.
Seis préstamos y casi 500 millones de dólares en deuda
El diputado Jaar se refirió a los seis préstamos aprobados por el Congreso Nacional, los cuales ya alcanzan una suma cercana a los 500 millones de dólares, alertando sobre las consecuencias de un endeudamiento tan elevado. «Ya van seis préstamos, casi llegamos a los 500 millones de dólares. Si eso lo convertimos en lempiras, estamos enjaranados hasta nuestros nietos, y no sé cómo se va a pagar ese dinero», expresó con evidente preocupación el legislador.
Según Jaar, la situación financiera del país ya está al borde de lo insostenible, y esta aprobación de nuevos préstamos solo aumenta el riesgo de una crisis económica aún mayor. En su opinión, los fondos no se están destinando a resolver los problemas urgentes que enfrentan los hondureños, como la falta de empleo, la pobreza y la inseguridad, sino a proyectos que no generan resultados visibles para la mayoría de la población.
El uso de los fondos: ¿Realmente benefician al pueblo?
El diputado subrayó que el dinero que se obtiene a través de estos préstamos podría ser útil si fuera destinado a la solución de problemas inmediatos que afectan a los ciudadanos de a pie. Sin embargo, las prioridades del gobierno parecen estar en proyectos que, según Jaar, no resuelven las carencias básicas de los hondureños. «Si el dinero fuera para resolver los problemas específicos de los hondureños que sufren por salud, por falta de trabajo, o por la inseguridad, sería algo positivo. Pero no, se están usando para el Lago Ayotzinapa, una carretera, cosas que no se ven», afirmó el diputado.
Uno de los proyectos que ha levantado más polémica es el Programa de Recuperación Sostenible del Lago de Yojoa, para el cual el Congreso aprobó un préstamo de US$80 millones. Este préstamo tiene como objetivo restaurar el ecosistema del Lago de Yojoa, mejorar la calidad del agua y fortalecer el desarrollo comunitario en la región. Sin embargo, Jaar fue tajante al asegurar que los fondos no llegarán a la gente más necesitada y que no hay garantías de que el proyecto realmente beneficie a las comunidades locales.
Preocupación por el Futuro Económico del País
El diputado no solo cuestionó el destino de los fondos, sino también las implicaciones de este endeudamiento a largo plazo para las futuras generaciones. Jaar indicó que, si bien los préstamos aprobados no parecen estar siendo utilizados de manera eficiente, las decisiones de endeudamiento seguirán afectando a los hondureños durante muchos años. «Aquí lo que nos está llevando a un desastre económico nacional. El país no tiene capacidad de tanta jarana, hasta por 20 años se están enjaranando, y Honduras no tiene esa capacidad para pagar», agregó.
Además, el diputado resaltó que los fondos aprobados no están siendo utilizados para los sectores que más lo necesitan, como el agroalimentario o los campesinos. En su opinión, el dinero destinado a mejorar el sistema agroalimentario no está llegando a los agricultores más pobres del país. «Ese dinero no llega al campesinado, ese dinero no llega a los que más lo necesitan. Ese dinero se va a quedar en las arcas del partido, del Partido Libre, lamentablemente», afirmó Jaar.
¿Una Estrategia Electoral?
En este contexto, Jaar también advirtió que parte de estos préstamos podrían tener un propósito electoral. Con las elecciones programadas para el 30 de noviembre, el diputado teme que los recursos sean utilizados para influir en el voto de los ciudadanos. «Todo ese dinero va a salir a reducir el 30 de noviembre, en las elecciones, porque ahí lo van a soltar», dijo el legislador, sugiriendo que los préstamos podrían ser aprovechados por el gobierno para ganar apoyo popular en la recta final del mandato.
El Congreso y los Préstamos Internacionales
El Congreso Nacional ha aprobado varios contratos de préstamo en las últimas semanas, entre ellos uno con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por US$5.1 millones, destinado a un proyecto de desarrollo bajo en carbono y resiliente al cambio climático en las cuencas de El Cajón y El Lago de Yojoa. También se aprobó otro préstamo con el Fondo OPEP por US$15 millones, destinado a fortalecer la innovación y sostenibilidad del sistema agroalimentario en el centro-norte del país.
A pesar de que estos proyectos buscan atender cuestiones ambientales y agrícolas importantes, Jaar subraya que la preocupación es la falta de transparencia y el mal manejo de los fondos públicos. «Nos van a empeñar hasta nuestros nietos de repente», expresó el diputado, aludiendo a cómo los recursos de los préstamos podrían ser mal administrados y cómo las futuras generaciones se verán obligadas a cargar con la deuda.
Conclusión: Un País al Borde del Colapso Económico
La aprobación de estos préstamos continúa siendo un tema central de debate en Honduras. Mientras que algunos sectores defienden las decisiones del Congreso, asegurando que los fondos están destinados a proyectos que benefician al país en términos de desarrollo y sostenibilidad, otros, como el diputado José Jaar, alertan sobre el peligro de un endeudamiento excesivo que podría comprometer el futuro económico del país.
Lo que parece claro es que Honduras atraviesa una encrucijada económica. El país enfrenta una carga de deuda creciente, sin que se perciban mejoras significativas en la vida de la población, especialmente en los sectores más vulnerables. Si las autoridades no logran gestionar adecuadamente los recursos y enfocar los préstamos en las necesidades reales del país, los hondureños podrían estar condenados a cargar con las consecuencias de decisiones que van mucho más allá de su control.