El Comité para la Libre Expresión (C-Libre) realiza un monitoreo, que revela un incremento de amenazas, especialmente en las zonas central y oriental del país y estancamiento en la investigación de casos de violencia contra periodistas.

“Apenas llevamos 12 días (del nuevo año) y ya llevamos 10 alertas emitidas, eso quiere decir que en menos de 24 horas están sucediendo agresiones a la prensa y a la ciudadanía”, reveló Amanda Ponce, directora de C-Libre.

Desgraciadamente, con estas acciones Honduras se mantiene como uno de los países con mayor riesgo para ejercer la profesión y eso tiene que ver con diferentes elementos, deplora.

“Una de las cosas que nos preocupa dentro de C-Libre es que Honduras no es un país en guerra, pero si comparamos las estadísticas del número de asesinatos de periodistas con países en guerra, podríamos decir que hay una guerra abierta en el país”, dijo al recordar que en diciembre se reportó el asesinato número 100 para la prensa hondureña con la muerte de Francisco Ramírez Amador.

Por otra parte, con la entrada en vigencia del Código Penal, la prensa quedó sentenciada ya que este establece 18 delitos que son utilizados en contra de la prensa hondureña para coartar su derecho a divulgar cosas e informar a la ciudadanía.

Actualmente, señaló Ponce, “más de 40 periodistas hondureños están a un paso de la cárcel por acusaciones en las que se les ha vinculado a delitos de diferentes tipos”.

La comunicadora y defensora de los derechos humanos detalló que la mayoría de las acusaciones están relacionadas con divulgación de información por corrupción, por temas de nepotismo, narcotráfico y abusos de autoridad.

En ese sentido, Ponce hizo un llamado a las redes de alerta y de protección de periodistas, que este 2024 empujen juntos la derogatoria de los delitos de honor como un elemento importante para fortalecer el periodismo en el país.