¿Avances reales? Policía celebra baja en las muertes de mujeres, pero la violencia sigue imparable

Mujer

Redacción.  A pesar de las cifras presentadas por la Secretaría de Estado en el Despacho de Seguridad y la Policía Nacional, que indican una disminución del 22.5 % en las muertes violentas de mujeres en comparación con el mismo periodo del año anterior, persiste la duda sobre la verdadera efectividad de las políticas implementadas para erradicar un problema profundamente arraigado en la sociedad hondureña.

Según la policía, hasta la fecha se han reportado 62 muertes violentas de mujeres en lo que va del 2025, lo que representa una disminución frente a las 80 muertes registradas en el mismo periodo de 2024.

Sin embargo, aún con esta caída, la cifra sigue siendo alarmantemente alta.

Según los informes oficiales, el 47.6 % de las muertes violentas de mujeres en el país están vinculadas a patrones culturales profundamente enraizados, como el maltrato familiar, la violencia doméstica y los conflictos pasionales. Este dato refleja una dura realidad: la violencia de género sigue siendo considerada, por muchos, como parte del entorno social cotidiano.

Por otro lado, el 14.8 % de las muertes se relacionan con el crimen organizado, particularmente las maras y pandillas, lo que pone en evidencia el impacto que este fenómeno tiene en la vida de las mujeres. Solo el 3.3 % se atribuye a la delincuencia común. A pesar de estos esfuerzos por controlar el crimen organizado, las cifras siguen siendo preocupantes, lo que muestra la complejidad de la situación.

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De acuerdo a las autoridades, se han implementado herramientas como el chatbot María, una plataforma virtual disponible las 24 horas, y la Línea 114 «Mujer Vivir Sin Miedo«, diseñada para recibir denuncias de violencia de género y activar respuestas inmediatas. Aunque estas iniciativas parecen ser un avance positivo, surge la pregunta de si estas herramientas realmente están alcanzando a las mujeres que más las necesitan, o si sus efectos son limitados por la falta de recursos o el temor a denunciar.

La policía asegura que estas acciones buscan dar una respuesta oportuna, pero las preguntas persisten: ¿Estas iniciativas están siendo suficientemente eficaces en un contexto donde las víctimas muchas veces temen represalias o no confían en el sistema judicial?

A pesar de las declaraciones optimistas de la policía, la violencia de género sigue siendo un flagelo de grandes dimensiones en Honduras.

Según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OVN-UNAH), la mayoría de los casos de muertes violentas de mujeres en el país quedan en la impunidad, lo que refuerza la sensación de desconfianza que muchas víctimas tienen hacia el sistema judicial.

A este panorama se suma, que los medios de comunicación todos los días; informan sobre la muerte violenta de una o dos mujeres, lo que pone en evidencia que, aunque se registran avances, el problema sigue siendo una preocupación central para la seguridad y los derechos humanos en el país. Mientras no se logre una verdadera transformación cultural, social y judicial, las mujeres seguirán siendo las principales víctimas de una violencia que no muestra signos de disminuir.