El presidente de EE UU, Joe Biden, aspira a gastar seis billones de dólares (casi 150 billones de lempiras) en el presupuesto para el próximo año fiscal, que comienza en octubre, y aumentar la partida a 8,2 billones para 2031. La propuesta, que se presentará este viernes, persigue fortalecer la economía del país y fomentar su competitividad en el mundo. De salir adelante el presupuesto federal, se batirán todos los récords de deuda pública y el gasto federal alcanzaría su nivel más alto desde la Segunda Guerra Mundial. Pero antes Biden deberá vencer la resistencia de los republicanos, y algunos demócratas, en el Congreso.
Tras un pequeño anticipo conocido en abril, centrado en gastos sociales y lucha contra el cambio climático, está previsto que se conozca el primer presupuesto federal completo de la Administración demócrata para el año fiscal que arranca el próximo 1 de octubre. Incluye desde la ayuda exterior y las políticas migratorias a una mayor financiación para Medicaid, el plan de cobertura sanitaria público para los estadounidenses con menos ingresos, y otros programas que consumen la mayor parte del presupuesto federal.
El presidente demócrata planea financiar sus medidas mediante el aumento del impuesto de sociedades y un mayor gravamen a las rentas más altas, aquellas con ingresos a partir de 400.000 dólares anuales, durante los próximos 15 años, un propósito que también choca de plano con la oposición republicana.
Tras la aprobación del plan de rescate urgente de la pandemia, de 1,9 billones y el único avalado por el Congreso, Biden afronta la resistencia de los republicanos, y algunos demócratas.
Fuente: El País
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