Tegucigalpa. Con una alarmante cifra de 619 muertes violentas de niñas, niños, adolescentes y jóvenes (NNAJ), cerró el 2024 Honduras. Los números fríos denotan la creciente ola de violencia que afecta directamente a la infancia hondureña, la cual prácticamente está indefensa ante las garras de la inseguridad en el país, pese a que las autoridades aseguran que “vamos bien”.
De acuerdo con los datos oficiales registrados por el Comité de los Derechos de la Niñez (Coiproden) a través de su monitoreo de medios de comunicación, revela que entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del año 2024, un total de 619 víctimas de muertes violentas fueron registradas, lo que arroja un promedio de más de 50 muertes mensuales de NNAJ.
Con estas cifras no cabe duda de que el panorama es más que sombrío, y que pone en evidencia la magnitud de la crisis de violencia que continúa golpeando a las nuevas generaciones en Honduras.
Según las cifras del Coiproden, el 88% de las víctimas fueron jóvenes entre 18 y 30 años, lo que resalta el impacto devastador de la violencia en la juventud hondureña. De este porcentaje, la mayoría (35 personas) fueron hombres, mientras que el 12% restante, es decir, 5 víctimas, fueron niñas y niños de entre 0 y 17 años.
Los departamentos con más casos de violencia contra los NNAJ son Francisco Morazán, Cortés y Olancho, los cuales son los históricamente azotados por la violencia y la criminalidad, siendo además el epicentro de una problemática que afecta principalmente a los sectores más vulnerables de la población, como es el caso de la niñez y juventud.
Muertes viales
Sin embargo, no solo la violencia le arrebata la vida a cientos de NNAJ en el 2024; también lo hacen las muertes relacionadas con accidentes de tránsito, ya que solo en el mes de diciembre se registraron 24 víctimas, de las cuales 17 fueron jóvenes entre 18 y 30 años, mientras que 7 fueron niñas y niños de 0 a 17 años. Los accidentes de tránsito siguen siendo la segunda causa de muerte en el país, convirtiéndose en un tema paralelo a la violencia estructural que azota al país.
De las 24 víctimas de accidentes viales registradas en diciembre, 20 fueron hombres y 4 fueron mujeres. Este patrón refuerza la tendencia general de que los hombres, particularmente los jóvenes, son los más afectados tanto por la violencia como por los accidentes en las carreteras.
Los datos revelados por Coiproden resaltan la gravedad de la situación y la necesidad urgente de políticas públicas orientadas a proteger a la niñez y juventud hondureña. La violencia, tanto en las calles como en las carreteras, sigue siendo una realidad innegable que exige una respuesta efectiva y contundente por parte del gobierno y las instituciones encargadas de garantizar la seguridad de los ciudadanos.