Por fin… El Paris Saint Germain parece enderezar el camino en Francia
Mientras aguarda un partido crucial contra el Milan en la Liga de Campeones, al París Saint Germain solventó en media hora su tercer triunfo consecutivo en la ‘Ligue 1’, desatado por Kylian Mbappe, goleador de penalti en el 1-0 y desbordante en el 2-0 de Carlos Soler, y cerrado por Fabián Ruiz para aumentar la presión sobre el liderato del Mónaco.
A falta del desarrollo del resto de la novena jornada, el actual campeón ocupa por ahora la primera posición provisional, pendiente de los marcadores del Niza y del Mónaco, tras un ejercicio práctico. Sin exigirse en exceso, sólo al inicio, hasta que resolvió el duelo, doblegó al Estrasburgo con el único sobresalto del aparente 1-1 anulado por el VAR por fuera de juego.
Bien invalidado en el minuto 12 por la posición ilegal de Mothiba, fue una anécdota final, menos para las protestas de Patrick Vieira, el entrenador del Estrasburgo, del recorrido irrebatible hacia el triunfo del bloque de Luis Enrique, que aún no funciona del todo, pero que es tan superior a todos sus rivales en la competición francesa que es suficiente casi siempre con algún momento de inspiración.
En su valentía, con el descubrimiento que se expone su defensa por su plan tan ofensivo, con una cantidad de variantes, recursos y soluciones concluyentes, el PSG está aún en proceso. No deslumbra como colectivo, no es una maquinaria perfecta ni aún se acerca a ello, pero dispone de tantas individualidades que marca la diferencia en cualquier momento, en cualquier detalle, en cuanto, sobre todo Mbappe, ve el mínimo desajuste en el rival.
Casi siempre surge él. También este sábado. El pase sobre el que promovió la jugada del penalti en el minuto 8 fue suyo. También la transformación posterior. Su visión habilitó la irrupción de Zaire Emery por la banda. El resto lo hizo el control fatal de Mwanga dentro del área. Ni se enteró de la presencia al acecho de Gonçalo Ramos, al que derribó en cuanto le arrebató el balón. El 1-0 en el primer tiro. Y con celeridad.
Un impulso para el PSG, que de repente temió por su diferencia en el marcador con el 1-1 anulado por fuera de juego al Estrasburgo, pero que ya no permitió más, de nuevo porque Mbappé se inventó una ocasión de la nada: aguantó el balón en el área, encaró a su marcador, lo desmontó con una bicicleta trepidante y centró al área para el 2-0 entre el remate de Carlos Soler y el despeje de Nymasi. Un partido que sólo duró 30 minutos.
El 3-0 fue de Fabián Ruiz, ya en el 78, dentro del trámite que ya era el juego. Su regate con la izquierda, su remate con el exterior de la zurda, abrillantaron una victoria cómoda para el París Saint Germain.
No es una verificación aún para el equipo parisino, por su evidente superioridad sobre el Estrasburgo. Otra cosa es la Liga de Campeones, en la que recibe este miércoles al Milan en el Parque de los Príncipes. Un examen de verdad. Sin margen de error. Una derrota volvería a poner todo en duda.
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