Comayagua. Un enjambre sísmico en el departamento de Comayagua tiene en alerta a la población, con aproximadamente 180 temblores registrados desde el sismo de 5.2 grados en la escala de Richter ocurrido el pasado 11 de octubre, según el Centro Nacional de Estudios Atmosféricos y Sísmicos (Cenaos).

El sismólogo Jorge Aguilar explicó que estos sismos se están produciendo en sistemas de fallas locales, específicamente en la Depresión Central. Aguilar indicó que esta área ha experimentado actividad sísmica desde 1800, con movimientos telúricos mayores a 5 grados de magnitud, como el registrado hace un mes.

Juan José Reyes, especialista en Alerta Temprana de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias (Copeco), destacó que estos eventos sísmicos son tectónicos normales y resaltó la importancia de la reacción adecuada de las personas ante este tipo de situaciones.

El enjambre sísmico se ha focalizado en el centro del país, especialmente en el departamento de Comayagua, aproximadamente a 14 kilómetros al sureste del municipio de Comayagua. Aguilar informó que los municipios de La Libertad y Minas de Oro, así como el sureste de Comayagua, han sido los más afectados por estos temblores.

Además, se han reportado sismos en otras regiones, como el de magnitud 5.0 en la escala de Richter registrado el 14 de octubre en el departamento de Yoro, limítrofe con Comayagua. Copeco advierte que la población debe permanecer alerta, ya que las réplicas, combinadas con las lluvias en el país, podrían causar emergencias.

Los daños en infraestructuras no han pasado desapercibidos. El alcalde del municipio de Las Lajas, Comayagua, Manuel de Jesús Urbina, informó de aproximadamente 40 viviendas afectadas. En zonas como La Independencia, Ojo de Agua y La Libertad se han reportado daños en viviendas a raíz de este enjambre sísmico.

Cabe destacar que en 2009, un sismo de 7.6 grados en la escala de Richter causó daños significativos en la infraestructura de Honduras. Ante esta nueva actividad sísmica, las autoridades instan a la población a mantener la calma y seguir las medidas de prevención establecidas.