«Es duro dormir en la selva. Pero más duro es ver cómo el régimen narco comunista que dirige Mel Zelaya y Xiomara Castro destruye paso a paso la patria que juré defender. No me rindo. Lucho por Honduras, con fe, con honor, con convicción. ¡Hondureños, no se rindan, estoy seguro que volveremos a vencer!», expresó el exjefe militar en el texto que acompaña el video.

La grabación presenta una narrativa visual que refuerza el simbolismo de lucha y resistencia. Mientras el general camina entre la maleza y realiza tareas cotidianas de supervivencia, se escucha una voz en off que recita pasajes bíblicos centrados en la perseverancia, la fe y la protección divina.

«El verdadero guerrero no abandona la batalla. Sufre, llora, ríe, pero nunca retrocede. Cae y se levanta confiado en que Dios le dará la victoria», cita la voz, basada en Isaías 40:30 y otros pasajes del Antiguo Testamento.

El mensaje también afirma que, pese a las adversidades y las caídas, la victoria está asegurada para quienes confían en Dios. «Dios tarda, pero jamás se olvida… El Señor es mi pastor, y nada me faltará. Amén», finaliza la narración.

Vásquez Velásquez ha mantenido un discurso constante de oposición al gobierno de Libre y ha acusado reiteradamente a la actual administración de estar al servicio de intereses ideológicos afines al socialismo del siglo XXI. El exjefe de las Fuerzas Armadas fue protagonista central del golpe de Estado de 2009 contra el entonces presidente Manuel Zelaya, hecho que lo mantiene en el centro del debate político más de una década después.

Desde su retiro, ha recurrido con frecuencia a las plataformas digitales para emitir pronunciamientos que mezclan patriotismo, crítica política y referencias religiosas. Su reciente video ha generado reacciones divididas: mientras sus simpatizantes lo ven como un «guerrero de la fe y la patria», sus detractores lo acusan de manipular la religión para justificar su papel en el quiebre institucional del país.

La publicación de este mensaje coincide con un contexto de tensiones políticas y polarización social en Honduras, marcadas por decisiones gubernamentales cuestionadas y un creciente desencanto ciudadano.