El primer caso se registró en la aldea Agua Caliente, del municipio de San Matías, en el departamento de El Paraíso, donde falleció Israel Antonio Izaguirre, de 50 años. Según testigos, se metió a nadar en la poza Río Lindo y ya no salió con vida. Sus familiares lograron sacar el cuerpo y lo trasladaron hasta la comunidad de San José de la Cañas.

En Belén Gualcho, Ocotepeque, el río Zopilote se convirtió en escenario de la segunda tragedia. El fallecido fue identificado como José Alexis Valeriano Reyes, de 27 años, quien desapareció en el agua mientras compartía con amigos.

El tercer caso ocurrió en el río Ulúa, a la altura de Pimienta, Cortés, donde Gabriel Omar Ramos perdió la vida por sumersión. Las autoridades confirmaron que se ahogó mientras disfrutaba del día con su familia.

En las playas de Triunfo de la Cruz, en Tela, Atlántida, fue donde se suscitó la cuarta persona ahogada, identificada como  Elmer Noé Castellón Cruz, de 29 años, originario de Tegucigalpa. El joven ingresó al mar y fue arrastrado por una corriente.

El quinto caso que estremeció a la población fue el del adolescente Marcos Ariel Hernández Bautista, de 14 años, quien falleció en el río Toco, en la aldea Lajas El Jícaro, municipio de Yamaranguila, Intibucá.

La sexta víctima fue reportada en la Laguna de Guaimoreto, en Trujillo, Colón, donde las autoridades confirmaron la muerte de un hombre aún no identificado.

La séptima víctima por ahogamiento fue en Puerto Las Flores, del Río Lempa, en Virginia, Lempira. Donde falleció José Abelardo López Sánchez, de 40 años, originario del Zarzal, Tambla Lempira.

Aunque la Comisión Nacional de Prevención en Movilizaciones Masivas (Conapremm) solo ha confirmado de forma oficial una muerte por ahogamiento, la realidad en las comunidades supera ese dato. Socorristas y medios locales han registrado al menos seis decesos solo en el transcurso de este Jueves Santo.

Las autoridades hicieron un llamado urgente a la conciencia y la prudencia, recordando que, aunque el descanso es merecido, el exceso de confianza en zonas acuáticas puede ser fatal.