VIDEO| “¡No les pertenece!”: Iglesia Aposento Alto se aferra a su templo ante orden de desalojo

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Congregación evangélica clama a Dios con versículos y alabanzas frente a su templo, mientras denuncian una supuesta injusticia legal por parte de la Iglesia de Dios.

Tegucigalpa. Un grupo de fieles pertenecientes a la Iglesia Aposento Alto se congregaron este martes frente a su templo ubicado en la colonia El Pedregal, en la capital, para elevar plegarias y cánticos de alabanza. Lo hicieron con lágrimas, pancartas y Biblias en mano, en un intento por impedir el cumplimiento de una orden de desalojo emitida en su contra.

La tensión creció cuando elementos de la Policía Nacional llegaron al lugar para respaldar el desalojo, bajo el argumento de que los actuales ocupantes están cometiendo un delito de usurpación. Sin embargo, los miembros del Aposento Alto afirman que el templo fue edificado con el esfuerzo colectivo de su congregación.

“Disculpe, ¿por qué el desalojo? Bueno, mire, fíjese que hoy está programado un desalojo, ¿verdad? Porque dicen ellos que nosotros estamos usurpando este edificio”, declaró uno de los feligreses afectados.

“Este edificio ha sido construido a base de actividades, ofrendas, de donaciones de muchas personas”, agregó.

De acuerdo con la versión de los manifestantes, la propiedad está siendo reclamada por otra denominación religiosa, la Iglesia de Dios, lo que ha generado una disputa legal que consideran injusta.

“Ellos dicen que es de ellos, pero si usted le pregunta a mucha gente aquí le va a decir que este templo ha sido construido con recursos de la membresía”, enfatizó el líder religioso.

La congregación sostiene que el conflicto debería ser ventilado en la vía civil, y no penal.

“Nosotros pedimos a los magistrados, a la abogada Sandra Rodríguez, al fiscal Johel Zelaya, que realmente investiguen a su personal porque pareciese que no conocen a leyes”, manifestó un miembro indignado.

Durante toda la mañana, los gritos de “¡No les pertenece!” se mezclaron con oraciones y versículos bíblicos, en un acto que mezcló fe y protesta.

La comunidad evangélica insiste en que no se irán sin agotar todos los recursos legales.