En la grabación se observa a un hombre cargando a la menor entre sus brazos, mientras ella grita, patalea y se resiste a irse. A pocos pasos los sigue otro hombre, que presuntamente sería también familiar de la pequeña, cargando la mochila escolar de la menor y un documento que, según él, lo autoriza legalmente a llevársela.

Durante la escena, una mujer —aparentemente tía de la niña— graba con su celular mientras ruega desesperada: “¡Por favor, Abraham, no te la lleves así! Ella no quiere. ¡La estás lastimando!” A pesar de los gritos, el hombre logró introducir a la menor en una camioneta y abandonar el lugar.

Testigos relataron que la menor lloraba desconsoladamente y suplicaba no ser llevada. Un poblador intentó detener al supuesto padre, pero este mostró un papel que decía provenir de los tribunales, alegando que tenía la autoridacion de las autoridades.

Vecinos alertaron inmediatamente a la Policía Nacional para intentar localizar el vehículo en el que fue trasladada la niña. Sin embargo, denunciaron fallas en el sistema de emergencias 911. “A veces ni entra la llamada y cuando entra hacen tantas preguntas que uno se desespera”, comentó una vecina.

La comunidad también pidió que, si efectivamente hay una orden legal que permite a un padre recuperar a un menor, este tipo de procedimientos se realicen con acompañamiento de las autoridades competentes, para evitar traumas, violencia o lesiones físicas, como en este caso. La menor, según testigos, terminó con golpes visibles producto del forcejeo.

Este hecho ha encendido las alarmas sobre la falta de protocolos adecuados cuando se trata de menores en contextos de disputa familiar. Los habitantes de Mezapa exigen que se garantice el bienestar de la menor y que se investigue el procedimiento realizado. “¿Dónde están las instituciones cuando más se les necesita?”, expresó un padre de familia.

La ciudadanía hace un llamado urgente para que se revisen y fortalezcan los mecanismos de protección infantil en Honduras. El sistema no puede seguir fallando cuando está en juego la integridad de un niño o una niña.