Redacción. Las redes sociales han estallado tras la filtración de un video en el que Iroshka Elvir , esposa del precandidato presidencial del Partido Liberal (PL), Salvador Nasralla, se muestra en una conversación con supuestos militantes del Partido Nacional (PN). Lo que a simple vista parece una tertulia política, en el trasfondo deja entrever las «negociaciones estratégicas» que se tejen en la lucha por el poder.
#NOTICIAS24/7HN ¿Iroshka Elvir pactando con nacionalistas?
VIDEO: Un video filtrado en redes sociales ha desatado controversia al mostrar a Iroshka Elvir, esposa del precandidato presidencial Salvador Nasralla, en una conversación con supuestos militantes del Partido Nacional,… pic.twitter.com/8cDXUOiKCt
— Noticias 24/7 HN (@noticias247hn) March 1, 2025
En la grabación, se observa a Elvir sosteniendo una papeleta presidencial del Partido Liberal, la cual coloca sobre la mesa mientras exhorta a los presentes a votar por Nasralla. En su esfuerzo por sumar adeptos, lanza un llamado directo: «Usted que es nacionalista debe tener amigos liberales o independientes. Esos amigos deben votar por Salvador, porque la única persona que puede ganar es él. Yo sé que ustedes aspiran a llegar al poder, pero realmente la única persona que puede hacerlo es él. En una general, no gana Nasry, no gana este, y si queda Jorge Cálix, no gana.»
En respuesta a Elvir, una de las presuntas militantes nacionalistas, con seguridad, responde: «Ahora le voy a cambiar el botón a usted. Yo le voy a decir por qué no soy mentirosa: yo voy a votar por doña Ana y Erasmo. Pero le voy a decir una cosa: el candidato del Partido Nacional, aunque les duela, va a ser Tito, y va a haber una unidad.»
¿Política de intereses o estrategia electoral?
El video ha reavivado el eterno debate sobre las alianzas y negociaciones en el mundo político hondureño. Más allá de los discursos partidistas, la realidad muestra que en política no existen lealtades absolutas, sino intereses en juego.
Este episodio evidencia cómo, en la carrera por el poder, las alianzas más improbables pueden convertirse en estrategias necesarias. ¿Estamos ante un simple intercambio de ideas o ante una negociación encubierta para la búsqueda del control político?
¿Será esta la nueva estrategia para asegurar votos o un reflejo de los acuerdos bajo la mesa que suelen definir las elecciones?