VIDEO: Hasta en la cárcel se vive la fe: Privados de libertad recrearon la pasión de Cristo en Semana Santa

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Redacción. Con solemnidad y entrega, Personas Privadas de Libertad (PPL) de distintos centros penitenciarios del país participaron en esta Semana Santa en la representación del Santo Viacrucis, en una jornada cargada de espiritualidad, simbolismo y búsqueda de reconciliación.

La actividad, que ya es tradición en algunos establecimientos penitenciarios, fue organizada por las autoridades del sistema carcelario en conjunto con la pastoral penitenciaria y voluntarios religiosos, y tuvo como fin promover la reflexión personal, la fe y el fortalecimiento de valores entre los internos.

Durante el recorrido simbólico por las catorce estaciones que representan la pasión y muerte de Jesucristo, muchos privados de libertad asumieron roles de actores para dramatizar los momentos más significativos del camino hacia el Calvario. Otros internos participaron entonando cantos, rezando y acompañando con profundo respeto el acto litúrgico.

“Esto no es solo una obra, es una forma de reencontrarnos con nosotros mismos, de pedir perdón y de recordar que todos merecemos una segunda oportunidad”, comentó uno de los internos que interpretó a Jesús durante la representación.

Los centros penitenciarios donde se realizó la actividad destacaron la actitud participativa de los internos y el ambiente de respeto que se vivió. Las autoridades penitenciarias resaltaron que este tipo de espacios contribuyen a generar cambios positivos dentro del proceso de rehabilitación.

“Estas actividades permiten que los privados de libertad puedan reflexionar sobre su vida, reencontrarse con su fe y pensar en el perdón y la redención”, expresó un vocero del Instituto Nacional Penitenciario.

La Semana Mayor dentro de las cárceles hondureñas se vivió con una mezcla de emociones: desde el recogimiento espiritual hasta la esperanza de poder transformar sus vidas desde adentro. Para muchos, este Viacrucis fue más que una tradición religiosa: fue un paso simbólico hacia la reconciliación con ellos mismos, con sus familias y con la sociedad.