“Empiezo hablando de Honduras. Honduras acaba de contraer un acuerdo a nivel del personal técnico del fondo. Eso quiere decir que estamos listos para ir al directorio para la revisión del programa”, explicó Valdés durante una comparecencia en la que elogió las políticas implementadas por el gobierno hondureño.

El representante del FMI afirmó que Honduras es un ejemplo de cómo aplicar políticas estructurales y macroeconómicas en momentos de estabilidad, lo que ha permitido enfrentar con mayor fortaleza el escenario internacional. “Es un ejemplo de un consejo que da el fondo, que es reparar el techo de la casa mientras hace sol”, ilustró el economista.

Entre los logros señalados, Valdés destacó la reducción de la inflación, el crecimiento económico sostenido y los ajustes fiscales considerados necesarios. Además, reconoció que el país ha sabido movilizar recursos de instituciones financieras internacionales (IFIs), lo que fortalece aún más su posición.

“Diría que es un buen caso, muestra para qué sirve la preparación. El país está en una posición mucho más sólida para enfrentar esta situación internacional”, concluyó Valdés, refiriéndose a la coyuntura global y sus posibles impactos.

Sin embargo, las declaraciones del FMI contrastan con la percepción de muchos ciudadanos, quienes han reaccionado en redes sociales mostrando escepticismo y descontento ante lo que consideran un discurso alejado de la realidad cotidiana.

Uno de los comentarios que más se ha repetido en las plataformas digitales es la referencia a la pérdida del poder adquisitivo. “Queeee menos inflación… Que le pregunte a la gente si todavía come tres tiempos”, escribió un usuario, en clara alusión a la creciente dificultad para cubrir necesidades básicas.

Otro usuario fue aún más directo: “Y con esta devaluación acelerada que negociaron, peor va a terminar este año”, cuestionando los efectos reales de las negociaciones con el FMI.

Estos comentarios reflejan el sentir de una buena parte de la población, que percibe una economía que, aunque estable en cifras, sigue sin generar alivio real en los bolsillos de los hogares. El contraste entre los buenos indicadores macroeconómicos y la economía del día a día en las calles sigue siendo una brecha que no termina de cerrarse.