A consideración de Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), los más afectados son quienes conducen buses.
El rubro del transporte público se ha vuelto demasiado peligroso para quienes ahí laboran, según las cifras en poder del OV-UNAH, 75 conductores y ayudantes del transporte han sido asesinados en Honduras, solo entre los meses de enero a mayo del presente año.
Ayestas detalló que de estas 75 víctimas, 20 han sido taxistas, 34 conductores de buses, nueve conductores de mototaxi, nueve cobradores o ayudantes y tres dirigentes del gremio. “Los más afectados son los que cubren la ruta de La Ceiba, que es en donde mayor ha sido el impacto”, advirtió.
No de por gusto tres empresas interurbanas que cubren el corredor Ceiba-Tegucigalpa han cerrado operaciones, ante el “insoportable problema de cobro de extorsión, amenazas, ataques y asesinatos”, según lo que han argumentado los mismos transportistas.
Otros lugares con alta incidencia son Choloma, San Pedro Sula, Cortés y el Distrito Central; todos con un denominador común, la extorsión.
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