Tegucigalpa. La Secretaría de Educación de Honduras emitió un comunicado oficial este viernes en el que aclara que el libro “Golpe 28-J: Conspiración Transnacional, un crimen en la impunidad” no constituye una lectura obligatoria en el sistema educativo nacional, desmintiendo versiones que circularon recientemente en medios de comunicación y redes sociales.
A través de un pronunciamiento público, la institución explicó que el texto forma parte del “Plan Nacional de Educación en Memoria Histórica”, aprobado por la misma Secretaría, pero su inclusión no es de carácter obligatorio en los programas de estudio.
“El libro Golpe 28-J aborda un hecho histórico ampliamente documentado y reconocido por la comunidad internacional: el golpe de Estado ocurrido el 28 de junio de 2009, el cual fue tipificado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos como un ilícito internacional”, indica el comunicado.
Además, el documento remarca que ese hecho derivó en una crisis política, económica y social de gran profundidad: “Se contabilizan más de 167 personas asesinadas, entre ellas maestros, jóvenes estudiantes, defensores del medio ambiente, campesinos y ciudadanos en resistencia”, señala la nota oficial, añadiendo que también hubo torturas, desapariciones forzadas y persecución política, la mayoría de las cuales permanece en la impunidad.
La Secretaría de Educación puntualizó que su interés no es adoctrinar, sino promover una ciudadanía crítica, consciente e informada: “Nuestra institución respeta y garantiza la libertad de cátedra, principio esencial para el desarrollo de una educación crítica, inclusiva y democrática”.
El titular de la cartera educativa reafirmó esta postura en una cita incluida en el comunicado: “Educar con la verdad es un acto de justicia. El pueblo hondureño, y especialmente nuestras juventudes, tienen derecho a conocer lo que ocurrió en el golpe de Estado del 2009. Lo obligatorio no es el libro, es conocer la historia para que no se repita”.
La Secretaría enfatizó que enseñar sobre el pasado no debe entenderse como un acto de revancha, sino como una responsabilidad con el presente y un compromiso con el futuro: “Solo una ciudadanía informada, consciente y crítica puede garantizar que Honduras nunca más vuelva a caer en la oscuridad de la dictadura y la represión”, concluyó el comunicado, firmado en la ciudad de Tegucigalpa, el 3 de mayo de 2025.